Aunque los parques de diversiones están diseñados especialmente para los niños, todavía existen muchas restricciones razonables por edad y estatura que son establecidas por las diferentes empresas para garantizar la seguridad de todos los que usan las instalaciones.
Pero cuando London Eisenbeis, de 10 años de edad, alcanzó la altura mínima requerida para montarse en un tobogán de agua de gran tamaño, ocurrió algo trágico.
El tobogán de 83 metros de altura está situado en Michigan, Estados Unidos. La estructura es famosa en la zona por ser divertida e impresionante, y la niña había estado esperando durante años para poder disfrutar lanzándose por el tobogán.
Su madre recuerda el cariño y entusiasmo que la niña sentía por el tobogán. Antes de montarse, una gran sonrisa iluminaba su rostro, y le hizo a su papá la señal del pulgar hacia arriba para mostrarle que todo estaba bien.
Sin embargo, al poco tiempo ocurrió un terrible accidente. Durante su trayecto por el tobogán, London sufrió un infarto inesperado. Se presume que la emoción que sentía afectó su ritmo cardíaco, con resultados fatales.
Pero nadie en su familia sabía que la niña sufría de una enfermedad llamada síndrome del QT largo. Esta enfermedad extremadamente rara puede ser mortal en algunas circunstancias. Cuando se desencadena, las personas con esta afección suelen desarrollar ritmos cardíacos muy rápidos y caóticos. Los síntomas pueden incluir palpitaciones cardíacas, desmayos, riesgo de ahogamiento y, en raras ocasiones, la muerte.
Aunque la enfermedad puede mostrar muchos síntomas durante la niñez, los padres necesitan estar al tanto de esas señales para saber a qué deberían prestarle atención, incluyendo los desmayos repentinos. No existe una cura conocida para el síndrome del QT largo, pero los medicamentos pueden ayudar a controlarlo. Debido a su trastorno, el corazón de London se detuvo por completo cuando llegó al fondo del tobogán de cuatro pisos.
Sus padres la llevaron inmediatamente al hospital. Durante nueve días, London estuvo bajo soporte vital, pero al final terminó sufriendo de nuevo un paro cardíaco. La niña fue enterrada el pasado 3 de marzo, con el traje que había elegido para ir a un baile de la escuela con su papá.
Ahora la familia está tratando de sacar una experiencia positiva de la terrible tragedia y fundaron una organización sin fines de lucro llamada London Strong Foundation. Por medio de esta asociación buscan aprovisionar a su comunidad con desfibriladores, unas máquinas que pueden administrar una descarga eléctrica y ayudar así a recuperar el ritmo cardíaco normal.
¿Qué piensas de esta historia? ¿Habías oído hablar del síndrome del QT largo? Cuéntanos tu experiencia abajo en los comentarios y comparte esta historia para que todos los padres estén al tanto de esta enfermedad.
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