Durante 20 años, cuatro preciosos osos llamados Bruno, Fifi, Marsha y Pocahontas, han vivido en unas condiciones miserables que ningún animal debería padecer. En un zoo de Pensilvannya, se les confinó en pequeñas jaulas oxidadas de pocos metros, en las que no podían llevar una vida feliz y satisfactoria. No podían realizar ejercicio o hibernar, y además, antes de que cerrara, se les obligaba a realizar trucos para el entretenimiento de la gente, como montar en bicicleta. Estas condiciones de vida y los entrenamientos para realizar los trucos les han dejado secuelas físicas y mentales como la depresión.