Un estudio pionero muestra en 14 pacientes con un trastorno ocular congénito que administrar terapia génica CRISPR directamente en el organismo es seguro y puede mejorar la visión
En marzo de 2020 pasaban más cosas además de una pandemia. Por primera vez, una persona recibía una terapia génica basada en CRISPR-Cas9administrada directamente en su organismo. El tratamiento formaba parte de un ensayo clínico pionero para probar la seguridad y viabilidad de la edición genética con CRISPR-Cas9 in vivo.
La enfermedad que se corregía era la amaurosis congénita de Leber 10 (LCA10), causada por mutaciones en el gen de la proteína centrosomal 290. Esta patología genética que produce ceguera no tiene tratamiento; de hecho, es la principal causa de ceguera infantil.
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Hoy lunes, la revista médica The New England Journal of Medicine publica los resultados de ese ensayo clínico, en el que finalmente se incluyeron a 14 personas con la amaurosis de Leber.
RESULTADOS PALPABLES
El medicamento resultó seguro para todos los participantes, sin que se notificaran efectos adversos graves relacionados con el procedimiento o el tratamiento, ni toxicidad limitante de dosis. En once de los pacientes (un 79%) se produjo una mejoría cuantificable.
Los investigadores midieron cuatro parámetros: mejor agudeza visual corregida; prueba de estímulo de campo completo adaptada a la oscuridad (para medir la sensibilidad a la luz adaptada a la oscuridad en pacientes con baja visión); navegación visual funcional (medida mediante un laberinto que completaron los participantes), y calidad de vida relacionada con la visión. Las mejorías se experimentaron en al menos una de estas variables, y en seis pacientes se constataron en dos o más de los parámetros.
Cuatro participantes experimentaron avances clínicamente significativos en la visión a distancia corregida. Seis pacientes, en la visión mediada por conos, y cinco de ellos presentaron mejoras en al menos uno de los otros tres resultados.
"Merece la pena seguir investigando y realizando ensayos clínicos sobre la terapia génica con CRISPR para la pérdida de visión hereditaria", destaca en un comunicado sobre el estudio su investigador principal, Eric Pierce, director del Instituto de Genómica Ocular y del Laboratorio Berman-Gund para el Estudio de las Degeneraciones Retinianas del Mass Eye and Ear y la Facultad de Medicina de Harvard. "Aunque se necesita más investigación para determinar quién puede beneficiarse más, consideramos que los primeros resultados son prometedores".
Pierce cuenta que escuchó a varios participantes comentar lo emocionados que estaban, porque por fin podían ver la comida en sus platos; "es algo muy importante. Se trataba de individuos que no podían leer ninguna línea en una tabla optométrica y que no tenían opciones de tratamiento, que es la desafortunada realidad de la mayoría de las personas con trastornos retinianos hereditarios".
Los resultados del estudio BRILLIANCE, nombre de este ensayo, "aportan una prueba de concepto y enseñanzas importantes para el desarrollo de medicamentos nuevos e innovadores contra las enfermedades hereditarias de la retina", afirma Baisong Mei, director médico de Editas Medicine, la biotecnológica que ha desarrollado el tratamiento.
"Hemos demostrado que podemos administrar de forma segura una terapia de edición génica basada en CRISPR en la retina y obtener resultados clínicamente significativos", destaca.
CRISPR TAMBIÉN 'IN VIVO' EN CÉLULAS HEPÁTICAS
El trabajo que publica hoy NEJM es el primero en utilizar la edición CRISPR in vivo, si bien, un año más tarde de su inicio, en 2021, otro estudio también probó la terapia génica directamente en pacientes, pero en esa ocasión en sus órganos internos. El tratamiento se empleó entonces en las células del hígado para corregir la amiloidosis hereditaria por transtiretina, una enfermedad rara autosómica dominante asociada a determinada mutación en el gen de la transtiretina.
En la amaurosis congénita de Leber las mutaciones en el gen CEP290 hacen que los fotorreceptores en bastones y conos de la retina funcionen mal, lo que con el tiempo provoca la pérdida irreversible de visión.
El corta-pega genético CRISPR-Cas9 es una herramienta de edición genética que actúa como una tijera guiada por GPS para cortar una parte del genoma mutado y dejar un gen funcional. En el caso de la ceguera hereditaria, el objetivo era inyectar CRISPR para llegar a la retina del ojo y restaurar la capacidad de producir el gen y la proteína responsables de las células sensibles a la luz.
LO MÁS GRATIFICANTE PARA UN OFTALMÓLOGO
El primer paciente que recibió un tratamiento CRISPR in vivo se reclutó para este ensayo en el Instituto Oftalmólogico Casey de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón, bajo la dirección de Mark Pennesi. Este oculista asegura hoy que "no hay nada más gratificante para un médico que oír a un paciente describir cómo ha mejorado su visión después de un tratamiento. Uno de nuestros participantes en el ensayo ha compartido varios ejemplos, como ser capaz de encontrar su teléfono después de haberlo extraviado y saber que su cafetera funciona al ver las pequeñas luces. Aunque este tipo de tareas pueden parecer triviales para los que tienen visión normal, estas mejoras pueden tener un gran impacto en la calidad de vida de las personas con baja visión."
Junto a este centro y al Mass Eye and Ear, de Boston, han participado en el ensayo pacientes del Instituto del Ojo Bascom Palmer, en Miami (Florida); el Instituto del Ojo Scheie, de la Universidad de Pensilvania y del Hospital Infantil de Filadelfia; y el Centro del Ojo Kellogg de Ann Arbor (Michigan).
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