Todo el mundo sabe que la princesa Diana era una de las mujeres más glamorosas del mundo. Pero muchos no saben que también era muy trabajadora, humilde y fiel.
En 1980, la entonces Lady Diana Spencer tenía dos trabajos a tiempo parcial en Londres, Inglaterra. Ambos tenían que ver con el cuidado de niños, ya que Diana siempre supo que tenía una habilidad innata para cuidar a los nenes. Tres días a la semana, Diana era la niñera de Patrick, el hijo de una ocupada empresaria estadounidense llamada Mary Robertson. Los otros dos días trabajaba en una guardería.
Mary Robertson se sentía muy feliz de poder contar con una joven tan educada y trabajadora para cuidar de su hijo. Pero no sabía que Diana era miembro de la aristocracia inglesa hasta que encontró un recibo de depósito bancario, según explica Inside Edition.
A Diana se le había caído el recibo mientras estaba en la casa de la empresaria. En su época de adolescente, Lady Di era bastante tímida. De hecho, incluso después de casarse y convertirse en miembro de la familia real, le tomó mucho tiempo acostumbrarse al escrutinio del público y de la prensa.
Diana Spencer trabajaba para la familia Robertson cuando se comprometió con el príncipe Charles. Fue honesta con su empleadora sobre la situación, y le advirtió a la familia que la prensa llegaría a su casa tarde o temprano. Roberston le contó a Inside Edition que cuando Diana vio a los reporteros esperándola al final de la calle, le dijo: "Están aquí por mí".
Antes de dejar su trabajo como niñera del pequeño Patrick, Diana avisó por adelantado. La familia siempre había sentido mucho aprecio hacia Diana, pero no se esperaban lo que vendría después.
Aunque Diana se había convertido en una de las mujeres más famosas del mundo, nunca olvidó quién era ni de dónde venía. Era una mujer muy fiel, y se mantuvo en contacto con Mary Robertson durante unos 16 años, hasta su trágica y prematura muerte, ocurrida en 1997.
La joven Diana Spencer pasó solo un año trabajando con la familia Robertson. Sin embargo, recordaba esa época como uno de los mejores años de su vida.
En última instancia, Diana amaba la sencillez de la vida familiar, y le encantaba cuidar de los niños. Esta elegante dama, que asombraba al mundo cumpliendo con sus funciones de Estado, parecía disfrutar más de los simples placeres domésticos. Aunque Diana siempre cumplía con sus deberes con la realeza y con sus hijos, también echaba de menos la vida sencilla y sin complicaciones que tuvo mientras fue niñera.
Y aunque fue un momento muy triste, Mary Robertson honró su amistad con la princesa Diana asistiendo a su funeral.
¿No es maravilloso que la princesa Diana fuese tan humilde? ¡Déjanos tus comentarios!
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