En marzo, y por segundo año consecutivo, Sam West y su hija Sydney West se coronaron como campeones en la división profesional del Campeonato Nacional de Baile de Shag.
El shag es el baile oficial del estado de Carolina del Sur, en Estados Unidos. Este baile se caracteriza por sus elegantes movimientos de pies, tan suaves que los bailarines parecen deslizarse por todo el escenario. Este género es tan popular, que desde 1984 se ha estado celebrando anualmente la Competencia Nacional de Baile de Shag, en la localidad de Myrtle Beach.
Una antigua tradición familiar
Por supuesto, esta familia se ha dedicado al shag desde hace un buen tiempo. Según su página web, Sam West ha estado practicando el estilo desde que tenía nueve años, cuando bailaba con su madre, Barbara. Ha participado en varias competiciones de shag a lo largo de los años, y ganó numerosos premios, incluyendo los títulos Pro y Overall Shag en varios años consecutivos. Su esposa, Lisa, empezó su carrera en el baile a los 27 años, y ha demostrado ser igual de buena que él.
Ella también ha ganado varios títulos, incluyendo el primer premio en el Campeonato Estadounidense de Baile Swing. Cuando Lisa y Sam se conocieron, se convirtieron en una dupla prácticamente invencible. Ganaron varios campeonatos juntos, especializándose en el shag y el swing. El baile es mucho más que un pasatiempo para esta pareja: para ellos es una verdadera forma de vida. Cuando formaron su familia, decidieron inculcarle ese mismo amor por el baile a todos sus hijos.
Conoce a los chicos que están arrasando
Mack, el hijo de Sam y Lisa, también es un bailarín consumado por mérito propio. Él compite en múltiples competiciones de shag alrededor del mundo. Pero en 2020, fue la presentación de Sam con su hija Sidney la que logró cautivar a gente de todas partes del mundo, ya que fueron los protagonistas de una actuación alucinante que mezclaba la destreza y la elegancia con la velocidad y el estilo. Caminaron por todo el escenario, y aunque estaban un poco nerviosos, se tomaron un tiempo para posar para una foto.
Pero cuando empezó la música, la gente empezó a vitorearlos. Padre e hija comenzaron su actuación sin esfuerzo, balanceando sus piernas como si fueran de goma. Se deslizaban por la pista de baile moviendo sus pies con increíble facilidad, aunque todos sabemos que esa destreza requiere años de entrenamiento. El video nos deja claro que los dos están perfectamente sincronizados. Ninguno es mejor que el otro, sino que complementan sus movimientos como si hubieran nacido para bailar juntos.
Un dúo de clase mundial que está repleto de talento
El espectáculo sigue adelante, y Sidney no puede evitar sonreírle a su padre. Está claro que los dos se están divirtiendo mucho y les encanta estar en los escenarios. Hacen movimientos de baile complejos, provocando los vítores de la audiencia. Dan vueltas sin esfuerzo, como si fueran unos elegantes patinadores sobre hielo.
Mientras los dos bailaban sobre el escenario, la multitud no les quitaba la vista de encima. No era una rutina de baile más: era un momento especial entre padre e hija, algo que se había construido tras años de confianza y unión.
El baile se pone más enérgico a medida que se acerca el final, y Sidney nos brinda una sonrisa deslumbrante. La felicidad de este dúo es contagiosa... ¡El público no puede evitar sonreír con ellos!
Al final del espectáculo, la multitud se levanta y les da a Sam y a Sidney una merecida ovación de pie. Esta fue una actuación realmente única, algo que se ve pocas veces en la vida, y las miles de personas que han visto este video parecen estar de acuerdo con eso. El talento y la habilidad son importantes, pero no llegarás a ninguna parte si no sientes un auténtico amor por el baile. Y está claro que la pasión de Sam y Sidney por la danza los mantendrá unidos en la pista de baile por mucho tiempo.
¿Qué te pareció? ¿Te impresionó esta rutina de baile? Déjanos tus comentarios, y comparte este video si crees que tus amigos y familiares también podrían disfrutar viéndolo.
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