La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, ha sugerido la posibilidad de que los empleados se beneficien de vacaciones adicionales y una semana laboral de cuatro días para revivir la economía, afectada por siete semanas de confimaniento debido al coronavirus.
Ardern dijo que quiere alentar ideas creativas y ofrecer "flexibilidad", con el objetivo de fomentar la recuperación tras un estricto encierro que ha mantenido a raya al coronavirus pero ha hecho mella en la economía.
Entre las iniciativas propuestas se encuentra la transición a la semana de cuatro días y la concesión de más días festivos para estimular el gasto en los sectores turístico y hotelero, particularmente afectados.
"Este es un momento excepcional y deberíamos estar listos para considerar ideas extraordinarias", dijo la primera ministra a la prensa, asegurando que no había "excluido ninguna posibilidad".
Según la Sra. Ardern, hay "muchas opciones disponibles y tenemos que estar abiertos" a ellas.
Después de reunirse el martes con representantes de la industria del turismo, la primera ministra aseguró que la experiencia del teletrabajo durante el encierro, ha demostrado cómo los trabajadores pueden ser productivos a cambio de una mayor flexibilidad.
Según ella, la semana de cuatro días podría ser una opción, siempre que los empleadores estén dispuestos a intentarlo.
"Vean si podría funcionar (...) porque ciertamente ayudaría al turismo en todo el país", les dijo.
Nueva Zelanda, que tiene una población de cinco millones de personas, hasta ahora ha manejado la epidemia de manera relativamente efectiva, gracias a una contención muy estricta impuesta desde finales de marzo.
El nuevo coronavirus ha matado a 21 personas en el archipiélago. Las fronteras del país permanecen cerradas, pero los habitantes son libres de viajar dentro del país.
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