Este cachorro de pastor alemán es un buen ejemplo para ilustrar lo que supone ser una alegría para los demás. Con cosas así dan ganas de trabajar cada día en pequeños trucos como este. E incluso trabajar a lo grande y llegar a perfeccionarlo.
No podría ser más adorable con su reacción. Cuando el humano de este perrito hace que suene su teléfono móvil y algo cambia en el animal.
Se transforma en una estrella y comienza el espectáculo. No habrás visto un talento con tanta gracia como este. Tiene perfectamente cogido el ritmo y el tono. Incluso los movimientos de su cabeza van a juego con el apartado móvil. Es una de las razas más inteligentes.
Este cachorro de pastor alemán es mucho mejor que cualquier melodía, su dueño debería tener una sintonía con su aullido. Probablemente sería la más original de todas. ¿Quién no querría escuchar a su mejor amigo de cuatro patas como tono de llamada?
Nuestras mascotas, sobre todo cuando son cachorros, pueden llegar a ser únicas. Tan divertidas que no hay cosa que no nos parezca graciosa. Ya se sabe que el día a día con animales es mucho mejor. E incluso hay veces en que eso se queda corto y pasa de ‘mejor’ a ‘extraordinario’.
Aclaración importante
Nos gustaría aclarar un dato que es importante tener en cuenta a la hora de ver éste vídeo. Los perros conservan instintos comunicativos que provienen de sus antecesores, los lobos. A veces, cuando oyen sonidos que identifican como aullidos, como la alarma de una ambulancia o la voz humana al cantar, responden a esa llamada aullando. Ésta reacción no es, en ningún caso, una respuesta al dolor.
Es cierto que los perros tienen un oído más sensible que el de los humanos, pero eso significa que oyen frecuencias sonoras que nosotros no percibimos, no que sientan dolor con los sonidos agudos. El ser humano cuenta con un umbral audible que va de los 20 a los 20.000 Hz y, de acuerdo con el especialista en conducta canina Steven R. Lindsay, los perros podrían sentir molestias con frecuencias superiores a los 36.000 Hz. Esto significa que el ser humano no oiría ese sonido y, por lo tanto, se demuestra que ningún sonido que nosotros podamos percibir puede dañar el oído de un perro.
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