Cuando tenemos una mascota en casa y además hay niños pequeños, el escenario no podría ser mejor. Es la combinación perfecta, crecer con animales y compartir todo con ellos.
Los niños aprenden de las mascotas, y crecen con valores más claros que otros pequeños que no tienen la suerte de compartir su día a día con animales. Conceptos como compartir, lealtad, y poder expresar el cariño son mejor manejados cuando vivimos con mascotas.
Este bebé y su mejor amigo lo saben de sobra, pues ambos conocen la manera perfecta de sacarle provecho a una tarde de juegos.
No les hace falta ni una sola palabra para pasárselo en grande. El pequeño humano está aprendiendo a gatear y el perro le sigue en cada uno de sus pasos. Eso sí, a veces se emociona demasiado y el bebé no puede seguirle el ritmo frenético. Aún así, se complementan tan bien que de cualquier situación se hace un juego.
Es sólo el comienzo de muchas vivencias que estos dos protagonistas compartirán a lo largo de su vida. Y siempre con risas tan contagiosas como estas:
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