Marija Zlatic, una anciana de Serbia, no sabía nada de su marido desde hacía casi 60 años. Marija vivía en una pequeña cabaña en el bosque con unos 90€ al mes... una vida muy modesta. Pero un día recibió una noticia inesperada. Esta historia comenzó en 1956.
Ese fue el año en el que la joven pareja Marija y Momcilo Zlatic emigraron desde Serbia a Australia, algo que supuso una verdadera aventura para ambos. Él trabajaba como carpintero, mientras ella cuidaba del hogar. La vida les sonreía. La pareja consiguió incluso la ciudadanía australiana.
Sin embargo, 18 meses más tarde, Marija recibió la noticia de que su madre estaba gravemente enferma. La joven compró de inmediato un pasaje para volver a Serbia a cuidar de su madre. Marija no imaginaba que no volvería a ver a Momcilo de nuevo.
Marija cuidó de su madre hasta que esta falleció. Pero su mala suerte no acabó entonces: por razones desconocidas, no la dejaron volver a Australia con Momcilo. La pareja se mantuvo en contacto frecuente mediante cartas durante años para sobrellevar la separación. Pero la distancia fue demasiado para la joven pareja y las cartas llegaron cada vez con menos frecuencia, hasta que se detuvieron por completo.
Los años de silencio se convirtieron en décadas. Marija vivía en su cabaña en el bosque con su pequeña pensión. Sus vecinos tenían en gran estima a la linda ancianita y la ayudaban siempre que podían. Una vida austera, pero la anciana de ahora 86 años no se quejaba.
Pero entonces le llegaron rumores sobre su marido. Al parecer, este había hecho fortuna explotando tierras en Australia y se había vuelto a casar. Ella decidió investigar el rumor con ayuda de una amiga; pero la sorpresa fue mayúscula cuando descubrió que los rumores eran ciertos.
Por desgracia, también se enteró de que había muerto en 2011. Pero entonces llegó la verdadera sorpresa: su marido le había dejado en herencia 600.000€ de su fortuna. De la noche a la mañana, Marija se convirtió en millonaria en Serbia: eran más de 74 millones de dinares serbios. Tardó 4 años en que le reconocieran la herencia, pero los planes que Marija tenía para el dinero fueron una sorpresa para todos. En un bello gesto, decidió compartir su riqueza con todas las personas que la habían ayudado todos estos años. Sus palabras son conmovedoras: "Yo no necesito todo ese dinero. Lo único que necesito es agua, pan y un poco de leña para el invierno. Y, desde luego, adonde voy no necesito ese dinero".
Esta mujer sabe lo que es importante en la vida. Su historia es realmente una inspiración para todos. Y es que el dinero no lo es todo.
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