Los maestros a lo largo de toda la vida estudiantil son los segundos padres para cada niño. Siempre buscan enseñar de la forma más práctica para cada personalidad y a la final terminan encariñándose como si se trataran de sus propios hijos.
Cada maestro adquiere el compromiso de motivar a sus estudiantes a aprender, siempre con mucho amor y respeto y dando el mejor ejemplo que ellos puedan seguir a futuro.
Un ejemplo de mucha bondad y amor a sus estudiantes es este profesor. Cada niño es diferente y necesita una atención particular para promover su aprendizaje. Él es un maestro que nunca se detiene en este reto y esta historia lo demuestra; tuvo un gesto simplemente maravilloso con una de sus alumnas, Agostina Andreata, una pequeña de solo 7 años de edad que añoraba poder bailar con sus compañeros en las actividades culturales de la escuela.
Lamentablemente, la pequeña no puede caminar, tiene la parte inferior de su cuerpo paralizada por una malformación de nacimiento. Nunca se le había dado la oportunidad, ni siquiera pensado en incluirla de alguna forma y que participara en las actividades. Sin embargo, Mariano Reyes, su muy querido profesor hizo que participara.
Él mismo elaboró un arnés que le permitiera a la niña bailar con el resto de sus compañeros. Y así fue como Agostina hizo su sueño realidad y participó junto a sus amigos en un espectáculo en su escuela, el Colegio del Carmen de Catamarca, en Argentina.
La alegría de la niña se desborda gracias a este sublime profesor quien aprendió cada paso de la coreografía de los niños para acompañar a Agostina y brindarle el ritmo que sus pies no podrían seguir.
“La idea surgió al ver un vídeo de Internet. Acá en las casas de ortopedia no tienen nada parecido, así que me busqué una modista e hicimos todo a medida”, comenta el profesor de Educación física de la niña. El festejo fue organizado para celebrar los actos conmemorativos a San Martín.
La actuación de ambos fue genial, su idea no solo resultó en un total éxito en su presentación sino que además consiguió que Agostina se sintiera tomada en cuenta, valorada y claramente, muy feliz. El mismo profesor demostró mucha alegría y agradecimiento con la modista que lo apoyó para crear el arnés perfecto que ayudara a la pequeña.
“Yo soy muy alto, y Agos es muy chiquita, teníamos que hacer todo bien para no poner en riesgo su salud”, dijo Mariano y agregó: “Una cosa es caminar, otra bailar, saltar y gritar; así que debíamos tener bien firme el arnés. No dormí durante tres noches, pero por suerte todo salió hermoso”.
Además de la impresión cultural de la coreografía que habían hecho, el baile resultó en un espectáculo muy emotivo para él, la familia de Agostina y todos los presentes. En sus propias palabras: “ver a esa nena feliz me llena el alma. Pude vivir momentos que no conocía”.
Mariano tuvo que explicarles a sus padres lo que quería hacer y pedirles su aceptación para poder hacerlo. Lo mejor fue que sus padres siempre se mostraron receptivos y emocionados por el resultado. Todo lo que la hiciera feliz a Agostina, ellos lo valorarían enormemente.
Ve el vídeo con el resultado que obtuvo este profesor dedicado a incentivar, motivar y enseñar a sus alumnos sin importar su condición.
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