Claire Henderson y su marido esperaban con ansia el día del nacimiento de su hijita, Brooke. La niña apareció en este mundo un mes antes y enamorados de ella los padres, igual que los abuelos y otros miembros de la familia, no hubiesen podido alegrarse más y darle más caricias. Todo el tiempo la besaban y eso fue lo peor que hubieran podido hacer...
Poco después de nacer, pasó algo inquietante. La chiquilla tenía una erupción cutánea horrible, sus labios estaban hinchados, le salió herpes... Además, lloraba de dolor.
Su madre recordó que estando embarazada leyó un artículo sobre herpes simple en caso de niños pequeños. Por si acaso se fue al médico con su hijita y ahí ya se preocupó en serio...
El virus cuál se encontró en el organismo de Brooke por un beso de alguien de la familia, fue Herpes Simplax Virus 1 (HSV-1). La niña fue hospitalizada inmediatamente. ¿Y por qué los médicos trataron un simple herpes tan en serio?
El caso es que si la enfermedad de un niño que tiene menos que un mes no se le cura, puede causar graves problemas neurológicos y en los casos extremos puede matar. La doctora Bonnie Maldonado de la Universidad de Stanford afirma que el herpes ubicada en los labios y en el cuello puede dañar al cerebro.
Brooke tuvo mucha suerte ya que pasó en el hospital sólo cinco días con el suero. Su madre subió las fotos a Facebook, describiendo esta historia y pidiendo a la gente que sean prudentes y no besen a sus hijos en el primer mes de su vida por el bien de los pequeños.
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