Briana y Jordan Driskell, de 26 años, llevaban dos años buscando lo que ya parecía imposible: tener un hijo. La pareja de Kentucky, Estados Unidos, ya estaba exhausta, triste y frustrada.Además, tras intentar durante 4 meses consecutivos distintos tratamientos para la fertilidad, nada había dado resultado. Decidieron darse un descanso de 5 meses antes de volver a intentarlo de nuevo y, en octubre del año 2016, volvieron a la carga. Sin embargo, esta vez hicieron algo que cambiaría todo: agregaron inyecciones hormonales al tratamiento.
Aunque Briana empezó a sentirse diferente, intentó no hacerse esperanzas de que estaba embarazada. Pero en menos de dos semanas, un examen de sangre lo confirmó: ¡Estaba al fin embarazada! Briana y Jordan se sentían felices, incrédulos y, a la vez, victoriosos. Después de tanto tiempo tendrían a su anhelado pequeño, que tan difícil había sido de obtener. La felicidad, en todo caso, fue cambiada por un sentimiento muy distinto cuando, en la ecografía de las 8 semanas de gestación, el médico les dio una noticia chocante.
“Casi nos desmayamos”, cuenta Jordan. Y no es para menos, ya que al mirar la pantalla… ¡había cinco fetos! No uno, sino cinco eran los bebés que Briana estaba esperando.
“Estaba tan en shock que no podía hablar. Solo me senté mirando la pantalla con incredulidad. No podía creer que hubiese cinco bolsas amnióticas”, cuenta. Si bien ellos sabían que existía el riesgo de tener un embarazo múltiple, la probabilidad de tener trillizos o un número superior es inferior al 5%. De hecho, los quintillizos se dan solo 1 vez en 50 millones de casos. ¡Una real lotería!
Durante las primeras semanas, Briana fue diagnosticada con hiperémesis gravídica. Básicamente, todo la hacía vomitar y tener náuseas, por lo que solo podía comer cereal frío y plátanos. Se deshidrató tanto por estos problemas que la tuvieron que hospitalizar. También había bajado 4,5 kilos. En ese momento ya se pudo ver que no sería un embarazo “sencillo”.
Tener un bebé es difícil, pero tener 5 al mismo tiempo es un verdadero desafío para el cuerpo. A las 22 semanas de gestación tuvo que volver a ser ingresada en el hospital debido a que su cérvix se había acortado. Desde entonces estuvo siempre en el hospital. “Quería tener los bebés dentro mío hasta las 30 semanas”, cuenta Briana, pero como tuvo preeclampsia le tuvieron que hacer una cesárea a las 28 semanas.
El día 2 de mayo del 2017 nacieron Zoey, Dakota, Hollyn, Asher y Gavin; 3 niñas y 2 niños. Los 5 bebés nacieron prematuros, pero sanos, en tan solo 4 minutos y gracias a una cesárea. Como Briana estaba muy débil y en riesgo de que su presión sanguínea subiera mucho, no pudo ver a sus hijitos sino hasta el día siguiente. “Cuando finalmente los vi, lloré tan fuerte que no podía respirar. Aún no puedo creer que al fin soy mamá. Es irreal”, cuenta la emocionada madre.
Los quintillizos pasaron a cuidados intensivos para desarrollarse durante un corto período de tiempo. ¡Cada vez van ganando más peso y haciéndose más fuertes! Su salud está impecable y parece que no habrá complicaciones en el futuro, excepto, claro, una: los Driskell necesitan con urgencia más espacio en su casa. Actualmente ya recibieron algunas donaciones importantes, como cunas y juguetes. Pero aún necesitan poder comprarse un auto más grande y otras cosas de necesidad. Para ello crearon una campaña de gofundme donde la gente ha empezado a donar. ¡Les deseamos un excelente futuro en el desafío que se viene por delante!
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