Los emigrantes harán llegar a sus familiares y amigos, directa o indirectamente, toneladas de medicinas y productos básicos
Este Gobierno está vivo y estamos buscándole soluciones al pueblo". El estallido social ha torcido el brazo del Gobierno cubano, algo que parecía imposible hace sólo una semana. Así lo confirmó el primer ministro Manuel Marrero, cuyas palabras disculpatorias abren esta crónica, al comunicar al país que de forma excepcional y temporal se autorizará a los viajeros la importación de medicamentos, alimentos y productos de aseo libres de aranceles y sin límite del valor de la importación.
"Una persona puede traer la cantidad que desee. El límite no lo pone el país o la aduana, sino la aerolínea en la que viaje", confirmó Marrero.
De esta forma, los emigrantes harán llegar a sus familiares y amigos, directa o indirectamente, las toneladas de medicinas y productos básicos recogidas durante las últimas semanas y que el Gobierno impedía importar en una de sus medidas de "autobloqueo" más criticadas.
¿Qué excusa argumentaba? El corredor humanitario propuesto desde el exterior, con el apoyo de una plataforma de artistas, se trataba en realidad de una "invasión encubierta". La misma negativa y explicación que ya esgrimió Nicolás Maduro en Venezuela.
"Estamos ante una reacción a las protestas sociales. El Gobierno sabe que tiene que bajar la presión por algún lado. Y sí, es un alivio, pero limitado. La mayoría de la gente no tiene quién le lleve alimentos y medicinas", confirmó a EL MUNDO el economista cubano Pavel Vidal, antiguo funcionario del Banco de Cuba.
Se trata de la primera concesión para la sociedad cubana desde que el pasado 11 de Julio estallara una revuelta popular y espontánea por todo el país al ritmo de la canción "Patria y Vida", convertida en himno de libertad. El estallido se produjo días después de que la campaña #SOSCuba y #SOSMatanzas provocara la adhesión de miles y miles de ciudadanos dentro y fuera de la isla. Iniciada por emigrantes en el exterior, se pretendía con ella que el Gobierno de Miguel Díaz-Canel permitiera el envío de medicinas y comida para paliar el desastre que se vive en el interior de la isla, sobre todo en la provincia de Matanzas, desbordada por la pandemia.
El Gobierno también reconoció el desabastecimiento en antibióticos, analgésicos, anticonceptivos, antihipertensivos y vitaminas, pero volvió a blandir al bloqueo de EEUU como causante. "Tenemos proveedores que por las presiones y las nuevas medidas de EEUU se ven imposibilitados de garantizar los envíos. Todo el asunto del bloqueo ha significado para nosotros un incremento en los costos de adquisición y de insumos entre un 30 y 50% en muchos productos", aseguró Marrero en la Mesa Redonda, el programa más famoso de la televisión cubana.
La concesión a la fuerza realizada por el Gobierno del Partido Comunista de Cuba (PCC) también supone otra contradicción ante el famoso embargo como única causa de la pandemia económica que sufre la isla desde hace décadas. "Hay muchos argumentos y evidencias más contundentes que muestran que el bloqueo no es la causa de todos los problemas. No creo que cambie nada que aparezca otro", matizó Vidal.
Argumentos como los que esgrime desde la isla otro economista reputado, Pedro Monreal: "En los cinco primeros meses de 2021, el acumulado de exportaciones de alimentos de EEUU a Cuba representa ya el 80% del total de las exportaciones de todo 2020, y aproximadamente la mitad de las exportaciones de 2019". O como resume el propio Monreal: cuando la "alternativa" a un bloqueo pasa por inventar otro bloqueo.
El panorama pinta gris para la revolución castrista, incapaz de poner en marcha con vigor las reformas ordenadas por Raúl Castro en sus lineamientos. "No tienen muchas opciones este año, ya hicieron lo que podían en el ámbito monetario y están trabajando en sacar las normas para abrir el TCP (las normas para los trabajadores por cuenta propia, el embrión de capitalismo diseñado por el Gobierno) y las pequeñas y medianas empresas. Podrían acelerarlo un poco", vaticina Vidal.
La puesta en marcha del proceso de dolarización en la isla ha supuesto un duro revés para el Gobierno, además de un hándicap político, algo que advirtieron economistas y expertos desde el primer día. La estrategia económica de un paso hacia delante y medio para atrás, aplicada no sólo con los cuentapropistas sino también con la reforma monetaria y la devaluación del peso, ha repercutido en la subida de los precios y en un mercado negro más caliente que el propio Malecón.
Los saqueos de estos días en las tiendas en dólares han confirmado la indignación nacional, incrementada además por la proliferación de los cortes de energía eléctrica (en pleno verano caribeño) que tanto han recordado al Periodo Especial de los 90.
"La crisis venezolana está afectando a Cuba de una manera brutal. La menor llegada de crudo a través de PetroCaribe, en un país masivamente dependiente de los hidrocarburos, ya ha provocado serias restricciones energéticas y cortes continuos de luz, que afectan más a los sectores de menos ingresos, que no pueden afrontar el gasto de contar con generadores de emergencia", destacó Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano.
Si a todo esto se la suma el impacto de la pandemia sobre el turismo, y la enorme caída en la entrada de divisas, se explica el cambio de discurso del Gobierno ante una sociedad hastiada de la gran excusa de la "fortaleza sitiada".
Y lo que viene no será mejor, cuando todavía está en marcha el gigantesco plan de represión contra manifestantes, disidentes, opositores, artistas y periodistas independientes. "El Gobierno tiene antes sí un segundo semestre complicado por el aumento de los casos de Covid y porque se mantiene la escasez, la inflación y los apagones. Hasta 2022 no hay recuperación posible", certificó Vidal la misma semana en la que Cuba bate récords de muertes desde el inicio de la pandemia, superando el listón de 50 por día.
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