Precalentar el horno, o no precalentar el horno: esa es la pregunta. En muchas recetas de cocina se nos indica que, antes de hornear o cocer algo en el horno es necesario precalentarlo. Sin embargo, esto muchas veces es un desperdicio de energía. En este artículo te revelamos qué se esconde detrás de esta indicación y cuándo es conveniente no seguir las recetas al pie de la letra.
¿Por qué precalentar el horno?
Por lo general, las recetas nos indican la cantidad de minutos exactos que debemos hornear la comida. Para lograr un horneado óptimo, resulta necesario tener un control preciso sobre la temperatura del horno y, teniendo en cuenta que cada horno calienta a velocidades distintas, utilizamos entonces el precalentamiento. Esto, por ejemplo, es un procedimiento usual para cocinar pizzas y productos congelados. Pero la realidad es que los fabricantes de estos alimentos simplemente escriben esas indicaciones para protegerse de posibles quejas por parte de los consumidores. En la mayoría de los casos podemos usar perfectamente el calor que genera el horno apenas comienza a calentar.
¿Cómo podemos ahorrar energía?
Si renunciamos a precalentar el horno, podemos ahorrar hasta un 20 por ciento de energía. La única desventaja: tendremos que controlar con más frecuencia si la comida está lista. Si tienes un horno eléctrico, la función de calor a través de circulación de aire es más económica (en términos energéticos) que la de hornear con calor de arriba y de abajo, ya que, con esta función, podremos reducir la temperatura entre 20 y 30 grados de lo indicado en la receta. Además, debemos preguntarnos si el gasto energético vale la pena para lo que pensamos cocinar. Si cocinamos, por ejemplo, cortes de carne por debajo del kilo y medio, podemos prescindir sin problemas del horno y utilizar en cambio la cocina, de esta forma gastaremos cuatro veces menos energía que si cocinamos en el horno.
¿Cuándo deberíamos precalentar el horno?
Algunas veces resulta imprescindible precalentar el horno, sobre todo para hornear ciertas masas como las de souffles o eclairs.
Tip: procura vaciar el horno antes de precalentarlo (las bandejas absorben también mucha energía).
¿Cuándo podemos prescindir del precalentamiento?
Cuando nos proponemos hornear tortas, gratinados o pan podemos introducir la comida en el horno sin esperar a que caliente. Esto puede llegar a ser incluso muy positivo para algunos casos como por ejemplo la masa con levadura, ya que las bacterias se activarán poco a poco con el incremento de la temperatura, dándole a la masa una consistencia esponjosa.
Si ya sospechabas que precalentar el horno era una perdida de tiempo y energía, en este artículo tienes la confirmación que necesitabas.
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