Con pequeños detalles podemos llegar a ser muy felices. Ver una película mientras llueve fuera, correr por la playa o comer tarta de chocolate pueden ser el mismísimo paraíso. Pero para gustos, colores; hay tantos placeres como personas. Por eso para este burrito la gloria es otra cosa. Para él, mecerse en una hamaca está a la altura de cualquier premio de lotería.
Balancearse puede ser tan divertido como lo plantea este bonito animal. ¿Quién hubiera pensado que a los burros les gustan las hamacas?
Si no eres de los que se marean deberías probar la felicidad que puede dar un trozo de tela en movimiento. Está como un niño jugando en los columpios.
¿A quién no le gustaría sentarse y mecerse mientras le hacen mimitos? Cualquiera firmaría por semejante plan, y si por lo que sea no podemos alcanzar todavía este momento de gloria, al menos nos queda el vídeo para pasar un buen rato.
Quizá el secreto de la felicidad sea que te rasquen la barriga, todo el reino animal es fan auténtico de esto (menos los gatos). Los humanos deberíamos probarlo, solo por si acaso.
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