El invierno ya está llamando a nuestra puerta – al menos para los que vivimos en el hemisferio norte – con él llega el frío, los abrigos, las bufandas y el chocolate caliente. Aunque, sin embargo, no todos tienen la misma suerte.
La tasa de perros abandonados durante todo el año parece no disminuir, las calles y los refugios cada vez se llenan más de perros que de pronto se quedan sin hogar. Si vivir en la calle es muy duro, cuando el invierno llega lo es aún más.
Una mujer llamada Ene Brown, de 52 años, lleva varios años tejiendo suéteres para galgos y lebreles abandonados. Desde 2008, Brown dejó su trabajo para dedicarse a la confección de estos abrigos, que no sólo reparte en muchos refugios de su localidad sino que con las ganancias de las ventas a particulares ayuda a perros de todo Reino Unido.
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