Los peces no solo tienen sentimientos, sino que pueden llegar a ser muy fieles con otros congéneres.
Durante una exploración a las aguas de la Bahía de Chaloklum de Tailandia, un buceador se topó con una escena agridulce entre dos peces globos. Uno de ellos estaba atrapado entre redes de pescar mientras que su compañero no se separaba de él.
No está claro cuánto tiempo llevaba en dicha lamentable situación pero, por suerte, el buceador estaba dispuesto a ayudarle. De lo contrario, su final hubiera sido muy diferente.
El voluntario del grupo de conservación marina Mar Core utilizó un trozo de cristal para ir cortando la malla, lentamente y con mucho cuidado de no dañar al animal. Durante todo el momento el compañero no se separó del pobre pez, ni un solo segundo. Incluso ante la posible amenaza que el buceador pudiera representar para ellos dos.
Cuando al fin el pez globo fue liberado, ambos se fueron nadando, sin separarse, hacía la inmensidad del mar.
Estas muestras de afecto entre especies marinas son realmente inéditas y muy pocas veces vista. De hecho, se pensaba que los peces carecían de toda inteligencia y sensibilidad. Sin embargo, estudios recientes demuestran lo contrario.
Desde luego, las imágenes no dan lugar a dudas.
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