Un huérfano de Camboya que había estado luchando para mantenerse con vida se ha convertido en un deportista olímpico. Jerry Windle era un hombre gay soltero durante la década de 1990 y siempre había querido ser padre, pero se había enfrentado a muchas dificultades al intentarlo. Tras enterarse de que era posible adoptar un niño de Camboya como padre soltero, rápidamente hizo planes para hacerlo.
Tras una rápida llamada telefónica y unos pocos meses de espera, Jerry pudo por fin llamarse padre. Conoció a un niño extremadamente enfermo en un orfanato camboyano que se enfrentaba a muchos problemas de salud, e inmediatamente supo que ese niño sería su hijo. Jerry cuidó y adoró completamente a su hijo, asegurándose de criarlo para que pudiera convertirse en todo lo que quisiera. Hasta el día de hoy, Jerry ha seguido siendo un padre extremadamente comprensivo con su hijo Jordan.
Desde entonces, el joven ha crecido y ha luchado contra las adversidades. Jordan no solo sobrevivió a la enfermedad, las infecciones y la desnutrición cuando era niño, sino que ahora compite en los Juegos Olímpicos. Con el amor y el apoyo constante de su padre, Jordan realmente ha podido tener éxito como clavadista. Comenzó su trayecto en este deporte a una edad temprana, y desde entonces ha seguido con eso y ha trabajado duro para demostrar el talento que tiene. Jordan ha hecho todo lo posible para que su padre esté orgulloso, y ahora representa a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
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TODAY informó de que Jordan había sido ingresado en un orfanato camboyano cuando solo tenía un año, y fue adoptado por Jerry seis meses después. Actualmente, Jordan representa a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en el equipo olímpico estadounidense de clavados. Quedó en segundo lugar en las pruebas olímpicas, según informa TODAY.
Aunque Jerry no puede ver a su hijo competir en persona, el dúo padre-hijo sigue estando muy emocionado. "Normalmente puedo oírlo (a mi padre) entre todos los que están en el público, lo cual es increíble", dijo Jordan. Explicó que aunque "será diferente" competir sin que su padre esté allí para animarlo, sigue estando dispuesto a "divertirse, lucirme un poco y dar un espectáculo a todo el mundo". Además, espera hacer que su padre se sienta orgulloso.
Cuando tenía siete años, el entrenador de clavados Tim O'Brien se fijó en él, y el joven pasó a ganar su primer campeonato nacional junior dos años después, según informa TODAY. Hablando de su padre, Jordan dijo: "Tengo que agradecerle todo, todos mis logros. Ha sido un viaje increíble con él, y seguimos adelante".
Agradecido por sus orígenes y para aferrarse a su primer hogar, Jordan se tatuó la bandera de Camboya en el brazo para que la gente pueda verla cuando se sumerja, según TODAY. "Es un gran honor para mí", dijo Jordan. "Hay mucha gente, muchos más ojos puestos en mí, pero en todo caso me emociona poder rendir al máximo y demostrar que todo este duro trabajo puede, con suerte, dar sus frutos". Jordan continuó: "Esto ha sido un sueño hecho realidad y es una oportunidad increíble de la cual formar parte".
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