A un cartero neozelandés lo grabaron cuando se desvió de su ruta para saludar a un pastor alemán de nueve meses, el cual estaba en el patio trasero de una casa.
El dueño del perro, Michael Collins, quien vive en la ciudad de Tauranga, usó Facebook para contar la historia. Explicó que el cartero siempre se detenía en su casa, ubicada en los suburbios de la ciudad, para compartir con Kyza, su cachorro, independientemente de la ruta que tuviera programada.
El perro en cuestión podría atacarnos al instante. Y estamos seguros de que nos va a a atacar, pero no con sus colmillos, sino con su gran corazón. Kyza es un gran pastor alemán de nueve meses. Como es un perro de gran tamaño, mucha gente le tiene miedo.
Muchos creen que es un animal cruel y peligroso. Si tenemos en cuenta su aspecto, no podemos culpar a la gente por tener esa idea. Pero como dice el refrán: no hay que juzgar a un libro por su portada.
En realidad, Kyza no es como la gente cree. Él es un perro hermoso y esponjoso al que le gusta ser amigable, y por eso se la lleva muy bien con los vecinos. La historia del cartero lo demuestra a la perfección.
El apuesto Kyza no suele ladrar. La mayoría de la gente cree que los perros de ese tamaño se la pasan ladrando. Sin embargo, Kyza es misteriosamente distante respecto a todas las cosas que lo rodean. Eso hace que sea menos peligroso que otros perros de su tipo. Su relación con el cartero es muy especial, y estamos seguros de que mucha gente podría sentir envidia.
El cartero se llama Steve. Él no sabe que está siendo grabado por Michael, el dueño del perro. Steve siempre pasa a saludar a Kyzas. Aunque no tenga ningún correo que entregar, siempre aparta un tiempo para visitar a su amigo favorito.
No le importan las condiciones climáticas, si hace frío o calor, si hace sol o si está lloviendo: Steve siempre pasa por ahí. Para él, siempre es buena idea pasar por esa casa para saludar a su amigo canino. Los dos han desarrollado una fantástica amistad, y han terminado convirtiéndose en una sensación de Internet.
Kyza holgazanea un poco mientras escucha que Steve se acerca. Luego se para en sus patas traseras y se apoya en la puerta. El perro es lo suficientemente inteligente para saber que así su amigo Steve podrá alcanzarlo fácilmente. Cuando saluda a Steve, mueve su cola de un lado a otro, para hacerle saber que está contento. Los dos están acostumbrados a demostrarse mucho afecto, sin importar la hora del día.
Incluso a mediodía, bajo el intenso calor de Nueva Zelanda, los dos comparten sin problema. Steve se quita el casco para que puedan compartir adecuadamente. Kyza baja la cabeza y se queda inmóvil para que Steve le frote la cabeza y la espalda por un tiempo. Cuando se siente satisfecho, levanta la cabeza y le da a Steve unos besos. A Steve no le da asco, y los acepta con alegría.
Esto se debe a la naturaleza tranquila de la raza. Además, son muy obedientes cuando se los entrena adecuadamente. ¿Tú qué opinas? Déjanos tus comentarios, y comparte este artículo con todos los amantes de los animales que conozcas.
Comentarios