Aunque siempre diferenciamos a los humanos de los animales, lo cierto es que todos somos animales. Y a pesar de que somos los seres más inteligentes del planeta Tierra, en todas partes del mundo la gente abusa de los animales. Es triste darse cuenta de que la mayoría de los perros, gatos, caballos, bovinos y otros animales nunca llegan a ser rescatados de sus lamentables condiciones de vida, y en esa espera les llega la muerte.
Sin embargo, también es agradable escuchar historias conmovedoras sobre gente que rescata animales maltratados y abandonados por sus dueños, quienes dan patéticas excusas para tratar de justificar su mal comportamiento. Nunca adivinarías las condiciones en las que se encontraba este caballo...
En la mayoría de los países desarrollados, a los caballos se les suele dar el espacio suficiente para que puedan correr libremente. Obviamente les dan su comida y su agua, pero también la libertad para hacer prácticamente lo que deseen, siempre que lo hagan dentro de los límites de las propiedades donde están retenidos.
Sin embargo, ese tratamiento que le dan a los caballos en los Estados Unidos no es la forma en que tratan a los caballos en Rumania. En ese país, a los caballos los suelen mantener encadenados por las patas. Eso es más barato que levantar cercas, pero no es nada justo para los animales.
Históricamente, los tártaros fueron los que introdujeron caballos en esta región, y dejaron bastantes animales de estos en Rumania, donde vivían en la naturaleza. Durante siglos, los caballos trotaban libremente por estos campos.
Ya en una época más reciente, específicamente en 1989, la mayoría de los caballos que estaban en cautiverio fueron liberados, debido al fracaso de las cooperativas socialistas que había en todo el país. Los caballos empezaron a reproducirse, y su población se disparó a aproximadamente 1.500 individuos, solo en la región del delta del Danubio.
Hay que tener en cuenta que el delta del Danubio es un área pequeña, que solo ocupa aproximadamente una sexta parte de la extensión total de Rumania.
Las autoridades del país permitieron que se eliminara a la creciente población de caballos, y lamentablemente eso dio lugar a que se cometieran actos horribles contra ellos. Hace poco, Ovidiu Rosu encontró un caballo en el campo que estaba encadenado.
Rosu hizo lo que tenía que hacer: cortó las gruesas bandas metálicas que sujetaban sus piernas, y se dio cuenta de que el metal estaba lastimando toda la piel. Rosu curó al caballo y lo liberó en el bosque. Justo en ese momento, el animal tocó al veterinario con su nariz.
Mira el adorable momento en el video, ¡es muy lindo!
¿Qué harías si te encontraras con un caballo encadenado y sujetado con grilletes, como estaba el caballo del video? Déjanos tu opinión en los comentarios y comparte esta historia con tus amigos y familiares, para crear conciencia sobre el abuso al que son sometidos los animales en todo el mundo.
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