Cada día un hermoso golden retriever se acerca a casa de una mujer, entra en silencio y se acuesta a dormir; una horas después se despierta, se levanta lentamente y se retira en silencio.
La historia a continuación ha circulado en distintas páginas web en los últimos meses. Quizá sea cierta o quizá sea sólo una leyenda urbana, pero es tan bella que hemos decidido compartirla contigo.
Fue en el jardín de su casa dónde la mujer vio por primera vez al golden retriever. El perro se acercó tranquilo, en silencio y cauteloso. No se trataba de un perro callejero buscando un hogar, estaba muy bien cuidado y muy bonito, era claro que estaba ahí por otra cosa.
Se acercó a la mujer y la siguió hasta la casa, a ella no le molestó y le abrió la puerta. El golden retriever entró a la casa, buscó un rincón donde recostarse y se durmió. Luego de algunas horas se despertó y salió de la casa.
El encuentro se repitió no una, sino varias veces y cada día durante algunas semanas. La mujer, llena de curiosidad por saber la razón del extraño comportamiento del perro decidió averiguarlo, quería saber quién era su dueño.
Decidió escribir una carta y amarrarla al collar del bonito perro.
“Hola.
Me gustaría saber quién es el dueño de este maravilloso perro. Y me gustaría saber si sabes que viene a mi casa a dormir todos los días.”
Al día siguiente el perro regresó y, para sorpresa de la mujer, llevaba en el collar otra nota, una con la respuesta a sus dudas.
“Hola!
Sospecho que lo hace para echarse una siesta tranquilo.
Somos una familia con seis hijos, dos de ellos tienen menos de 2 años.
¿Te importa si sigue yendo a tu casa para echarse su sueñecito?”
Las palabras de la nota la hicieron reír de verdad. Era claro que continuaría recibiendo al perro con los brazos abiertos; ya se había hecho amigo de todos en casa, y la mujer sabía lo que era vivir con una gran familia.
Los perros no dejan de sorprendernos cada día con su cariño, inteligencia, fidelidad y amistad. ¿Qué habremos hecho para merecer algo tan lindo?
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