En muchas ocasiones, algunas de las mejores amistades que ocurren en la vida son las más improbables e inesperadas. Hay una expresión popular que dice así: “Los polos opuestos se atraen“, para referirse a relaciones de amistad o amor, que ocurren entre dos personas totalmente diferentes entre sí, ya sea por su físico, su personalidad, sus gustos, etc.
Bien, pues esto mismo puede ocurrir en los animales. Sino que se lo digan a nuestros siguientes protagonistas. Lana es un cachorro de 6 meses de edad de raza dachshund, que fue llevado por sus dueños por primera vez al campo. Allí, encontraron a esta vaca tan simpática. Pero Lana nunca antes había visto un animal así. ¿Cómo sería su reacción?
Pues bien, lejos de lo que pudiésemos pensar a priori, el cachorro no parece estar nada asustado, sino todo lo contrario, quiere acercarse a ella una y otra vez para jugar, demuestra estar realmente encantado con su nueva amiga y se ve de lo más feliz junto a ella. ¡Y es recíproco! Parece que este primer encuentro está más que superado y que ambos tienen ya un gran vínculo.
Cachorro y vaca nos demuestran que no hay que dejarse llevar por los prejuicios y relaciones estereotipadas y que, sin duda, alguna nada tiene que ser un condicionante para poder mantener una relación con cualquier otro animal (o persona).
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