Ser animal de agua, tierra o aire conlleva sus límites. No se suele ver un perro cruzando los océanos, ni una gallina en mitad del desierto o un cerdo volando. O eso creíamos, porque lo cierto es que la naturaleza ha vuelto ha sorprendernos a todos. Los salmones son los culpables de que ya no sepamos qué pensar.
¿Quién pondría la mano en el fuego si le dijeran que iba a ver salmones cruzando la carretera? Pues resulta que sí, que ahora estos animales aprovechan y cruzan por mitad de una carretera como si fuera el atajo perfecto para llegar a su destino.
Puede parecer extraño, pero les sobra un poco de agua para aprovechar el medio. Estos peces son increíbles, ya eran animales de agua salada y dulce, y ahora también lo son de asfalto.
Esto es lo que se dice saber adaptarse, y lo demás son tonterías.
Ya hay otro motivo más para ir siempre atento cuando conducimos. Puede que incluso tengan que hacer la señal de tráfico correspondiente: “cuidado, paso de salmones” o “conduzca con precaución, salmones cruzando”.
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