Ruggles es un pequeño cachorro de Shih-tzu que fue rescatado de un criadero. Debido a su traumática vida, todo le asustaba y parecía que su recuperación sería muy complicada. Sin embargo, en el proceso encontró un inesperado amigo que le ayudó a superar sus problemas: un gatito llamado Ruggles, que también fue rescatado cuando tenía dos días de edad.
A pesar de sus duros comienzos, los dos amigos pudieron ser adoptados y gozar de una saludable vida feliz, además de enseñarnos una vez más que el mito de que los gatos y los perros se llevan mal es totalmente falso.
Una bonita e inspiradora historia que merece la pena compartir.
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