En la Sesión de Control el líder del PP ha citado las malas previsiones económicas de Funcas y los pésimos datos que arroja la pandemia del Covid
A la espera de un proyecto de Presupuestos que no acaba de llegar a las Cortes, Pablo Casado presiona al presidente del Gobierno para que desvele al menos uno de los aspectos clave que influirá en las cuentas del Estado: los posibles recortes y congelaciones que ya barrunta la oposición y que afectarían en su caso a funcionarios, pensionistas, perceptores del salario mínimo o afectados por los ERTE. Pero Pedro Sánchez se ha mostrado inaccesible. "Los únicos recortes que necesita España son los de la corrupción del PP".
El presidente del Gobierno ha derivado el debate con el líder del PP hacia los problemas judiciales del primer partido de la oposición. Y así ha golpeado a su rival acusándole de "haber tapado un delito con otro delito", en referencia a la llamado operación Kitchen y le ha urgido a "poner fin a 30 años de corrupción en el PP". En opinión de Sánchez esto sólo lo puede hacer Casado "cumpliendo con la ley y la Constitución". Y en una pirueta dialéctica ha concluido que ello lo que implica es que los populares acepten "acordar" la renovación de los órganos constitucionales, en concreto el CGPJ.
Casado por su parte ha citado las malas previsiones económicas de Funcas y los pésimos datos que arroja la pandemia del Covid. El líder del PP ha dado por hecho que el Gobierno hará recortes y todos los españoles "pagarán el precio del escaño" de Sánchez mientras él "negocia con batasunos y separatistas". "Usted se fundió la caja de los españoles para ir dopado a las elecciones", le ha acusado.
El jefe de la oposición le ha reprochado al presidente los recortes que en su opinión está haciendo también "en el Estado democrático y en la dignidad de las instituciones" al pactar con Bildu y "utilizar el Parlamento contra la oposición". El líder del PP ha sacado a relucir la artillería contra los casos de corrupción del PSOE del pasado y los que se sospechan de su socio del Gobierno en el presente, pero el presidente se ha zafado poniendo en duda que Casado vaya a limpiar su partido de corruptelas.
El presidente esperaba encontrar en la jefa de filas de Ciudadanos, Inés Arrimadas, un sostén en su ataque al PP, pero la lideresa naranja se ha mostrado inflexible recordándole a Sánchez las pesquisas judiciales que se ciernen contra Unidas Podemos. Y le ha echado en cara la doble vara de medir que maneja el PSOE cuando promueve comisiones de investigación contra los populares y rechaza las que se plantean para dilucidar los casos que afectan a Pablo Iglesias y su formación.
Sánchez también ha querido pedirle ayuda a Arrimadas para que intente convencer al PP de que debe acordar la renovación del CGPJ, pero ha topado contra un muro. La presidenta de Ciudadanos ha rechazado de plano cualquier tipo de mediación para que ambas fuerzas "se repartan" los puestos claves del poder judicial.
Iván Espinosa de los Monteros ha intentado enfrentar al Gobierno con sus contradicciones poniendo como ejemplo las iniciativas que alienta el Ejecutivo, especialmente la última, la del nuevo proyecto de ley de Memoria Democrática mientras, ha dicho, "los mayores mueren solos en sus casas", "el turismo se derrumba", "el covid avanza" ... La vicepresidenta Carmen Calvo ha respondido al portavoz de Vox tachando a su partido de "calumniador" y "sembrador de odio y mentiras".
ERC ha acudido en ayuda de Calvo elogiando con un discurso, no con una pregunta, el proyecto de Memoria Democrática. Pero los republicanos no han desaprovechado la oportunidad de instar a la número dos del Gobierno a aplicar los mismos principios de justicia que esgrime el proyecto a su líder condenado por sedición, Oriol Junqueras.
El secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha insistido en la batalla de la corrupción recordando el encuentro playero del vicepresidente Pablo Iglesias con uno de los condenados por los ERE en Andalucía y a continuación ha arremetido contra el número dos del Gobierno por la falta de eficacia a la hora de frenar las okupaciones.
Iglesias ha defendido que la legislación ofrece instrumentos suficientes para frenar a los okupas y ha mantenido que las okupaciones son de casas vacías propiedad de bancos y no de particulares. "El problema no es la okupación sino el precio de los alquileres", ha dicho el vicepresidente segundo, algo que ha atribuido a la política del PP.
Macarena Olona, de Vox, ha acusado a Iglesias de "vulgarizar la democracia" y aunque ha pedido su dimisión ha dado por hecho que en ningún caso Iglesias dejará La Moncloa "porque no tiene dónde ir". El vicepresidente segundo ha acusado a los de Santiago Abascal de ser una "derecha cutre" y Olona le ha retado: "Nos veremos en la próxima sesión de control". Iglesias ha aceptado el desafío al duelo, eligiendo como arma "la palabra".
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Otro diputado de Vox, Ignacio Gil Lázaro, ha preguntado al ministro del Interior si apoya al presidente del Gobierno en su pésame público por el suicidio de un etarra en prisión. Grande Marlaska ha respaldado a Sánchez lo que ha provocado una catarata de adjetivos por parte del diputado -"vomitivo", "vergonzoso"...- que ha recordado la inminencia de la presentación de una moción de censura patrocinada por su partido contra el presidente del Gobierno.
Marlaska ha asegurado que ETA "trajo lo peor y lo mejor". En el primer plato de la balanza colocó los asesinatos y, en el segundo, "la unidad de los demócratas y el trabajo de la justicia y las fuerzas de seguridad". Después, el ministro acusó a Vox de "no saber vivir sin ETA"
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