Un parto suave respeta el protagonismo de la madre en su parto, reconociendo que ella sabe como dejar nacer a su bebé a su propio ritmo y a su manera, confiando en sus instintos y en su intuición.
Parto en agua: recomendaciones y beneficios…
El parto en agua no es una moda, es una forma o medio para el nacimiento que se ha utilizado durante años en la historia de la humanidad. Mis 4 hijos han nacido en agua y no solo lo recomiendo como doula, sino como mamá, pues la experiencia del nacimiento queda para siempre en nuestra alma y en nuestra mente y definitivamente facilita el trabajo de parto…
Muchos hospitales y médicos ya apoyan y facilitan el parto en agua, lo que se requiere es una tina y que el médico, partera y doula tengan experiencia recibiendo a bebés en agua.
Algunas recomendaciones si quieres intentarlo.
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- El uso de un baño de agua caliente no debe desestimarse como factor favorecedor del trabajo de parto. Es también evidente su efecto inmediato de alivio del dolor.
- La temperatura del agua debe mantenerse a 37ºC o menos, pero sin tener sensación de frescor.
- Es recomendable una bañera grande, que ofrezca comodidad; y profundidad, para potenciar el efecto fisiológico y favorecer el movimiento corporal.
- El momento más favorable para iniciar el baño o inmersión en la tina son los 5 cm. de dilatación, al menos.
- Es previsible una disminución de la eficacia en el trabajo de parto, cuando la mujer permanece en el agua más de 2 horas. A veces el parto se desaceleración y parece ir lento pero eso también permite la recuperación del esfuerzo.
- Cuando las mujeres entran en el agua al principio del parto – 3 CMS-, consiguen 6-7 CMS en 1-2 horas.
- Es favorecedor beber líquidos mientras se está en la bañera para retrasar la disminución de la vasopresina y así favorecer la liberación de oxitocina.
- Es recomendable efectuar la expulsión de la placenta fuera del agua para evitar la posibilidad, aunque teórica, de una embolia. En todo caso, si el alumbramiento se produce en el agua, salir de la misma poco después.
- La temperatura de la habitación debe ser cálida para que no exista grandes contrastes de temperatura.
- El agua produce una gran sensación de confort y movilidad y reduce la presión que se siente en el abdomen.
- Ayuda a la madre a conservar su energía, apoya una profunda relajación para entrar en partolandia, minimiza la sensación de dolor, requiere menos medicación o uso de analgesia o anestesias.
- Promueve las posturas verticales para dar a luz sin poner presión en el sacro o la espalda baja.
- La madre siente menos presión en el abdomen y en el útero con las contracciones.
- En el agua, no sólo se produce menos dolor, sino que se “dosifica” mejor el dolor o las molestias.
- Casi nunca hay necesidad de intervención médica.
- El agua crea la misma presión en todas las partes del cuerpo.
- La madre y el bebé sufren menos ansiedad.
- La madre puede encontrar una posición cómoda que sea más eficiente y fácil para facilitar el descenso del bebé a través del canal del parto, facilitando así una transición más apacible para el bebé.
- El agua provee al bebé de un ambiente muy parecido al de la matriz – mojado, templado, ingrávido y apacible. Con el nacimiento en el agua, el bebé viaja suavemente de un lugar templado, mojado y seguro, dentro del cuerpo de la madre, hacia otro lugar templado, mojado y seguro en los brazos de la madre.
- El agua proporciona una mayor flexibilidad en todo el proceso.
- Se ha observado también menos riesgo de rasgado o desgarro.
- La madre puede cambiar de posición fácilmente para encontrar la más cómoda con cada contracción.
- El agua puede acelerar notablemente el tiempo de las contracciones, a veces entre dos y cuatro horas menos.
- Las mujeres a menudo experimentan un descenso rápido del bebé fuera del canal del nacimiento con sólo unos pocos pujos, a veces con tan sólo tres pujos.
- Se observa también que un alivio significativo de la tensión en agua templada.
- El agua templada ablanda los tejidos esenciales para el nacimiento (vagina, perineo y vulva) a lo que se le atribuye el bajo índice de desgarros vaginales y trauma del tejido.
“Un parto suave comienza cuando se enfoca en la experiencia que la madre está por vivir, poniendo en una misma dimensión sus emociones, sus necesidades físicas y las espirituales. Un parto suave respeta el protagonismo de la madre en su parto, reconociendo que ella sabe como dejar nacer a su bebé a su propio ritmo y a su manera, confiando en sus instintos y en su intuición. A cambio, cuando una madre da a luz suavemente, ella y todos los presentes pueden apreciar que el bebé nacido es un participante conciente de su propio nacimiento. Esta experiencia empodera a la madre y da la bienvenida al recién nacido en un ambiente de amoroso y de paz que fomenta el vínculo temprano. El objetivo de un parto suave es recuperar la maravilla y la alegría que son inherentes al inicio de la vida.”
-BARBARA HARPER-
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