La historia que te presentamos a continuación te desgarrará el alma, y te enseñará a valorar más a tu familia para que seas agradecido con ellos.
Juan Eduardo, un pequeño de 14 años de edad de la ciudad de Metepec, Estado de México, se ha convertido en un héroe nacional, al arriesgar su vida para cuidar de su madre enferma de coronavirus.
Cuando su madre Adriana, de 37 años de edad, comenzó a mostrar los síntomas de esta enfermedad, fue enviada a casa en aislamiento como medida preventiva para el contagio de su enfermedad.
Con la orden oficial de permanecer en cuarentena, Juan Eduardo le aseguró que cuidaría de ella en todo momento. Sus hermanos, un joven de 15 y dos gemelos de 12 fueron enviados a casa de unos familiares para evitar que se contagiaran, y aunque Adriana pretendía que Juan Eduardo también se fuera de casa, él se rehusó y le prometió que estaría con ella ante esta terrible situación.]
Además de ver por la salud de su madre, Juan Eduardo limpiaba, trapeaba, desinfectaba y hacía todo lo que se necesitara en casa con tal de que su madre pudiera descansar mientras se encontraba delicada de salud.
“No mamita, con esa enfermedad si te mueres qué voy a hacer, no mamita, yo me muero contigo, nos morimos juntos. Y se vino conmigo, es algo que le voy a estar muy agradecida con eso siempre.” – comentó Adriana
Además de ver por la salud de su madre, Juan Eduardo limpiaba, trapeaba, desinfectaba y hacía todo lo que se necesitara en casa con tal de que su madre pudiera descansar mientras se encontraba delicada de salud.
“No mamita, con esa enfermedad si te mueres qué voy a hacer, no mamita, yo me muero contigo, nos morimos juntos. Y se vino conmigo, es algo que le voy a estar muy agradecida con eso siempre.” – comentó Adriana
Juan Eduardo permaneció en casa para continuar con la limpieza del hogar. Ese mismo día una fuerte lluvia cayó en su localidad, haciendo que el agua se metiera a su casa; los vecinos le ofrecieron ayuda pero Juan Eduardo se negó a recibirla.
Lamentablemente, al poco tiempo, Juan Eduardo quiso encender la bomba de la cisterna y fue ahí cuando su vida terminó inmediatamente tras electrocutarse.
El destino tenía otros planes para este pequeño que decidió poner en riesgo su vida para salvar la de su madre, quien poco a poco comenzaba a mostrar mejorías y quien esperaba con mucha ilusión volver a casa para agradecerle a su hijo todo lo que había hecho por ella.
Juan Eduardo había cumplido años un par de días antes de morir, y gracias al abogado Carlos Mata de la Fundación Delos, lo había podido disfrutar junto a su madre con un rico pastel. Además de haberse solidarizado con esta familia, cuando el abogado se enteró de la muerte de Juan Eduardo, hizo todo lo necesario para hacer la entrega del cuerpo a la familia.
Juan Eduardo se ha despedido de este mundo como todo un héroe, cuidando de su madre, quien siempre se había desvivido por el bienestar de sus hijos. Descansa en paz Juan Eduardo.
Comentarios