Militares bielorrusos les guían en su intento de acceder de forma irregular al territorio de la UE
La tensión política entre Polonia y Bielorrusia se agravó este lunes después de que miles de personas, en su mayoría kurdos iraquíes, intentaran acceder al territorio del primer país generando varios encontronazos con las fuerzas de seguridad desplegadas en la linde.
Varsovia acusa a Minsk de organizar este súbito repunte en la llegada de inmigrantes y refugiados desde el pasado mes de agosto que ha pasado de ser un asunto anecdótico, con cifras mínimas en 2020, a miles de casos. Las autoridades polacas aseguran que el gobierno vecino ha desencadenado lo que califican de "guerra híbrida" en la que utilizan como peones a los refugiados e inmigrantes.
El viceministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Piotr Wawrzyk, acusó por la mañana a Minsk de intentar "generar un incidente grave, preferiblemente donde se produzcan bajas y se dispare munición (real). Están preparando una provocación, un intento de cruzar en masa de la frontera".
Al mismo tiempo el gobierno que dirige Mateusz Moraviecki convocaba una reunión de emergencia con los titulares de Defensa e Interior para analizar lo que estaba ocurriendo en esa región.
El auge de la disputa, que Minsk vincula con las sanciones impuestas al régimen controlado por Alexander Lukashenko, ha propiciado un incremento de las fuerzas militares polacas en la zona fronteriza que ya alcanzan los 12.000 soldados, apoyados por tanques.
La dirigente de la oposición bielorrusia en el exilio, Svetlana Tijanovskaya, exigió una respuesta firme de la Unión Europea en un tuit en el que dijo que el régimen autoritario que controla su país "busca una escalada en la crisis fronteriza. Los inmigrantes están siendo empujados hacia la frontera por hombres armados (uniformados bielorrusos)".
Aunque la aparición de una nueva ruta migratoria en las fronteras de la Unión Europea data de agosto, la dinámica apadrinada por Minsk no sólo se ha mantenido durante todos estos meses sino que el número de personas que intentan llegar hasta Polonia y Lituana ha aumentado de forma exponencial durante las últimas semanas. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, aseguró este lunes en un tuit que "Bielorrusia debe dejar de poner en riesgo" la vida de los inmigrantes.
El pasado fin de semanas periodistas bielorrusos comenzaron a alertar sobre una presencia inusual en Minsk de numerosos grupos de extranjeros procedentes de países de Oriente Próximo.
Este lunes esos informadores y los mismos iraquíes empezaron a difundir imágenes de su llegada al puesto fronterizo de Kuznica -sito a 224 km al este de Varsovia- , donde llegaron a ser casi un millar. La Guardia Fronteriza de Bielorrusia confirmó la movilización de los inmigrantes pero acusó a Polonia de adoptar una "actitud inhumana".
"La indiferencia y el trato inhumano de las autoridades polacas empujó a los refugiados a ese acto de desesperación", informó el organismo estatal en un texto difundido en las redes sociales.
Las imágenes que retransmitieron los inmigrantes durante la jornada permitieron ver como marchaban hacia la aduana hasta que los militares bielorrusos -conscientes de lo que estaba ocurriendo- les obligaron a cambiar su ruta dirigiéndoles hacia las alambradas que ha colocado Polonia en medio de la arboleda para marcar su territorio. Allí, algunos integrantes de esta concentración intentaron desmantelar esos obstáculo con ramas de árbol, mientras las fuerzas de seguridad replicaban con aerosoles de gas. La policía polaca también recurrió al uso de helicópteros para intentar dispersar a ese grupo de personas.
Al mediodía, la grabación permitía ver a hileras de policías militares pertrechados detrás de grandes escudos frente a los inmigrantes, que habían conseguido tumbar parte de la l
Según Varsovia, las tropas y fuerzas de seguridad de Bielorrusia han protagonizado varios altercados con los militares que custodian la frontera. El "más grave", en palabras de Stanislaw Zaryn, un portavoz polaco, ocurrió hace sólo algunas jornadas cuando tres uniformados bielorrusos se adentraron en Polonia armados con ametralladoras.
Zaryn indicó que el trío fue interceptado por una patrulla polaca y entonces los bielorrusos "recargaron sus armas", pero después decidieron regresar a su país. "Ha sido el incidente más serio hasta el momento. No se trató de un error", agregó.
ínea de concertina metálica.
Poco después, el Ministerio de Interior difundió un comunicado en el que informaba que había "impedido" el cruce y que "la situación está bajo control".
Una representante de la Policía de Fronteras de Polonia añadió que "todavía hay grandes grupos (de inmigrantes) en la frontera. Estamos haciendo todo lo posible para que no puedan cruzar la frontera. No sólo se están moviendo en torno a Kuznica sino también por la zona de Polowce (otro paso ubicado en el sureste del país). La mayoría son jóvenes pero también hay mujeres y niños".
ONG polacas y organizaciones como Amnistía Internacional han alertado sobre la acción de militares y policías polacos que han devuelto a Bielorrusia a un significativo número de inmigrantes contraviniendo la Convención de Ginebra. Sin embargo, el parlamento local dominado por el ejecutivo de ideario ultraderechista aprobó en octubre una nueva normativa que otorgaba carta legal a estas "devoluciones en caliente".
Al menos 10 inmigrantes han muerto atrapados en la gélida región fronteriza, repleta de pantanos y arboledas, ajenos a este diferendo geoestratégico que implica a la UE, la OTAN y Rusia, el principal sostén de Bielorrusia.
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