El dueño de Bella, una cachorrita de 6 semanas, es de esas personas que nunca deberían cuidar de un animal. Entre otras cosas porque no está preparado para ello, algo obvio dada la historia que os vamos a contar.
Este hombre descubrió que su cachorrita no podía moverse, así que decidió que debía morir. La llevó al veterinario y pidió que la durmiesen para siempre. Sin embargo, el profesional que le atendió no vio motivo para tomar semejante decisión sin saber primero cuál era el problema del animal y si tenía solución. Ante la negativa, el dueño de Bella se fue y la dejó allí, en manos del veterinario, sin ningún remordimiento.
El veterinario decidió hacer una serie de pruebas a la perrita y se puso en contacto con Piper Wood, de la asociación de rescate de animales Hand In Paw, para que se encargase de darle alojamiento hasta encontrarle una familia.
Las pruebas dieron rápido con el diagnóstico de Bella. Sencillamente, el animal estaba sufriendo una hipoglucemia, posiblemente por una mala alimentación y por haber sido separada de su madre demasiado pronto.
Una vez se le puso tratamiento, tardó 10 minutos en recuperar la movilidad y en empezar a comer por sí sola. Así de sencilla y rápida era la solución, y más barata que la eutanasia, por supuesto.
Piper Wood, recuerda que “si vas a adoptar un perro o cualquier animal, son miembros de la familia. Si no estás preparado para lidiar con los problemas de salud que puedan surgir y para darle lo que necesita, entonces probablemente no deberías tener un animal”.
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