Imagina pasar 15 años sin ir más lejos de lo que te permite la cadena que llevas al cuello. Horrible, ¿verdad? Pues eso es lo que ha pasado este perro durante todo este tiempo. Una década y media sin poder correr, pasear, revolcarse en el césped o jugar con la pelota. Una aberración de la que los humanos somos culpables.
Ha sido gracias a Guardians of Rescue, una asociación estadounidense defensora de los animales, que se ha logrado liberar a este valiente perro que llevaba más de 15 años encadenado en una caseta. El animal, privado de todo, ya ha podido estar en la playa, en el parque y hasta en la peluquería. Cuidados básicos y cariño que solo han llegado después de que la asociación hablara con el dueño que en tan mal estado lo tenía. No oponer resistencia a liberarlo era lo mínimo que este desalmado humano podía hacer.
La propia asociación ha grabado el momento de la liberación de Bear, que ha sido compartido casi 3.000 veces en Facebook y ya ha tenido más de 200.000 reproducciones.
Menos mal que en contraposición a los humanos sin alma existen otros con mucho corazón que tratan cada día de revertir el mal. Que Bear haya podido ver la playa y vivir de forma diferente eran solo cosas que ya se merecía y que le prohibieron al ponerle esa cadena.
No hay palabras para intentar explicar lo que debió sentir al echar a andar y no notar un tirón que le frenara. Es importante estar alerta y denunciar cualquier caso como este, en el que una persona no hace uso de su bondad y destruye así la vida de los animales que tiene.
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