Las pieles mixtas y grasas son más propensas a tener puntos negros que las secas. Esto se debe a que la grasa y la suciedad se acumula sobre el poro y lo obstruye. La contaminación, el polvo, así como usar maquillaje periódicamente, pueden ser factores que provoquen su aparición. Dependiendo del tipo de piel hay que prevenir de una forma u otra. En este caso la mascarilla de bicarbonato de sodio se debe usar por aquellas dermis de las que hablábamos al principio. Si quieres saber cómo hacerlas fácil y rápido, continúa leyendo.
Para qué usarla
Principalmente se utiliza para limpiar el cutis. Ésta mascarilla vacía y erradica la suciedad acumulada en los poros, la misma que los infectan y provoca el acné. Es una clara solución para esas espinillas y puntos negros haciéndolos desaparecer y facilitando su extracción. También puedes utilizarla en caso de que duela la piel al tonificarla, a través de este medio eliminarás el dolor y te ayudará a tener una apariencia más hidratada ya que le resultará más fácil absorber las cremas y aceites.
Modos de USO
Hay que acabar con el exceso de seborrea en el cutis, y hay que hacerlo ¡ya! Para esto los remedios caseros son una buena manera de conseguirlo. El bicarbonato de sodio, principalmente se utiliza en forma de mascarilla. Hay que mezclarlo con otros ingredientes para obtener los resultados deseados. Por lo general suele ser con agua, aunque dependiendo de la receta habrá que elaborarla más como puede ser añadiendo yogur o zumos. Es muy importante que se aplique durante el tiempo indicado y no prolongarlo porque puede tener efectos adversos de no seguir las instrucciones.
Beneficios
El mayor de los beneficios de esta mascarilla es que consigue hacer desaparecer el acné así como de otras imperfecciones. Funciona como un antibiótico natural. De esta manera, ayuda a cicatrizar rápidamente. Abre los poros dándoles mejor apariencia y dificultando su obstrucción. También acaba con la pigmentación marrón que a menudo quedan tras la aspiración de granos en la cara. Puedes aplicarla en cualquier parte de tu cuerpo dejándola con mejor apariencia. Por último, debido a sus propiedades, también funciona como antiséptico y antiinflamatorio para la piel.
Crea tu propia mascarilla
Este remedio se puede hacer fácil y rápido desde casa. En primer lugar se mezcla una cucharada sopera de agua fría con media cucharada de bicarbonato de sodio. Aplícala sobre la cara y déjala hacer efecto entre 5 y 10 minutos (depende de la suciedad de tu piel). A continuación retírala con agua templada, sécala y pon algo de aceite hidratante sobre la dermis ya seca. También es posible hacerla con una cucharada de zumo de naranja natural sin pulpa y otra de bicarbonato, dejándola reposar 20 minutos y siguiendo el mismo proceso para limpiarla.
El árbol del té es un producto útil en estos casos. Es posible hacer otro tipo de mascarilla utilizando este ingrediente. Se debe mezclar ⅓ de una taza de bicarbonato de sodio, una cucharada de limón exprimido y dos de aceite de árbol del té. Tras mezclar estos 3, quedará una pasta que ha de aplicarse por toda la cara excepto ojos y labios, dejándola reposar durante 10 minutos. A continuación secar cuidadosamente. Este producto es principalmente recomendable para personas de cutis graso así cómo para el acné rebelde.
Inconvenientes
Como toda las elaboraciones tienen ciertas limitaciones, esta no podía ser menos. Se debe tener en cuenta antes de aplicar este producto que es conveniente poner un poco sobre una zona escondida del cuerpo y esperar 5 minutos para comprobar si hacer reacción. Tampoco se recomienda emplear esta mascarilla si hay zonas quemadas, magulladas, irritadas o con manchas. A este tipo de pieles puede provocar una reacción dañina haciéndole empeorar. No se puede aplicar sobre párpados o labios por lo que si esto ocurre será necesario lavarla con agua abundante inmediatamente.
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