Esta historia ya tiene muchos años. Pero el mensaje que se haya en ella, siempre será actual.
Una pareja joven de Toliatti adoptó a un pastor alemán, cuando era un cachorro. Al crecer, el perro se acercaba cada vez más y más a sus amos, convirtiéndose en miembro de la familia, y mejor amigo. Juntos, iban a menudo a pasear a la naturaleza, hacían picnic en la orilla del río. Como entonces, en aquel día caluroso de verano, cuando nada presagiaba desgracias. Mientras iban por el camino de la ciudad, la pareja en un carro de color rojo oscuro, se chocó con otro carro viejo que no tenía airbag. Los jóvenes, murieron en el lugar.
Sólo el perro sobrevivió.
Cuando el perro se despertó en el lugar del accidente, depués de un rato, comenzó humildemente a esperar a sus amos. Pasaban los días, semanas, meses, pero no salía de este lugar, esperando a que los jóvenes volvieran.
Los habitantes de las casas vecinas empezaron a notar al perro – ya había pasado un mes, y este pastor alemán y se mantuvo al lado de la carretera bajo la lluvia, en la nieve – en cualquier tiempo. Los habitantes de la ciudad trataron de llevarse al perro a su casa, o enviarlo a un albergue, pero él siempre regresaba al mismo lugar, a esperar, cada día que veía carros de color rojo oscuro, corría, con la esperanza de ver en ellos a sus amos. El no quería vivir con otras personas.
Cuando vieron que no quería vivir con nadie, la gente empezó a alimentarlo, este perrito se ganó su amor e incluso lo llamaron Constantino, que en griego significa "fiel". El perro, cuya historia se hizo conocida en toda la ciudad, se convirtió en el ciudadano más famoso.
Un día, cuando un autobús pasba por el camino donde siempre estaba el perro, la gente de repente se dio cuenta de que algo había cambiado. La calle estaba vacía. Un ciudadano de una casa vecina, que siempre le llevaba comida al perrito, ya no encontró al perro en su lugar.
"Todos lo habían visto, todos lo conocían. Y cuando se fue, sentimos como si nuestra alma se había vaciado, porque este tipo de fidelidad ya no se encuentra", dice Natalia Muromets, una ciudadna de Tolliatti. Más tarde, Constantino fue encontrado muerto en el bosque, donde había ido, porque sabía que moriría.
Los ciudadanos de esta ciudad se encariñaron tanto con este perrito que decidieron crearle un monumento para recordarlo, desde el año 2003 se estableció este monumento, el cual se ha convertido en el símbolo de Toliatti (Rusia). Constantino, ahora hecho de bronce, aún está esperando en el camino a su querida familia, para recordarles a las personas sobre el amor y la fidelidad, lo cual parece que la gente hace mucho tiempo ha olvidado.
Dicen, que Constantino trae buena suerte a los recién casados y satisface el deseo, si le frotas la nariz. En primavera del 2015 en Toliatti se filmó un cortometraje sobre el Hachico ruso.
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