Combatir en el ejército puede ser un momento muy difícil para la mayoría de las personas. Tu país te dice que estás peleando contra el enemigo y que así deben de ser las cosas. Te dice que te sentirás orgulloso de ti mismo y de tu país, pero nadie habla sobre las vidas que se pierden y el ver a tus camaradas saliendo heridos. Muchas personas que han combatido en el ejército sufren de trastorno de estrés postraumático y enfrentan pensamientos suicidas.
El Sargento Josh Marino peleó en el ejército. Sufrió una lesión en el cerebro durante su tiempo de servicio. Un explosivo se disparó a 3 metros de distancia de él. Él pasó por episodios muy malos, en donde los eventos se repiten en su mente y parece que no tienen fin.
Él decidió que no podía seguir viviendo de esta manera y el trauma era demasiado para soportarlo.
Escribió una nota suicida y la dejó en su computadora. Preparó unos cuchillos, ya sabía cómo iba a terminarlo todo. Salió a fumar un último cigarrillo antes de suicidarse. Mientras fumaba, escuchó un ruido muy suave que provenía de unos arbustos que estaban muy cerca de él. Se trataba de un gatito blanco con negro.
El gatito empezó a frotarse con las piernas de Marino. Marino comenzó a llorar mientras cargaba al gatito. Les presentó el pequeño gatito a sus camaradas mientras estaban en el Fort Riley, Kansas. El gato le dio un enorme consuelo. Sus otros camaradas disfrutaron dándole de comer a su nuevo amiguito.
Él se enfocó en lo que podía hacer para ayudar al gato. Se dio cuenta de que podía preocuparse por otros y que otros también podrían preocuparse por él. Llamó al gatito "Scout". Lo comenzó a alimentar con paquetes de atún todos los días.
El gatito terminaba de comer y se sentaba en su regazo. Comenzó a reconocer la voz de Marino. Marino siempre lo llamaba cuando le llevaba su comida. El gatito no lo veía como un veterano de la guerra ni como un hombre destrozado. Un día, el gatito dejó de ir a visitarlo y él estaba absolutamente devastado de ver que su salvador se había ido de su vida.
Eventualmente, Marino comenzó a salir con una mujer que conocía de la escuela preparatoria. Decidieron adoptar a un gato del centro de adopción que estaba organizando un evento de adopción. Scout hizo un gran impacto en la vida de Marino, así que decidió adoptar uno formalmente.
Mientras estaban paseándose en el centro de adopción, una patita blanca y negra comenzó a golpear el brazo izquierdo de Marino. Él volteó y se dio cuenta de que era Scout. Inmediatamente, él abrió la caja y cargó al gatito. No había duda de cuál sería el gatito que adoptarían. En ese momento firmaron los papeles de adopción.
Marino fue dado de baja médicamente del ejército. Él decidió regresar a su ciudad natal, Pittsburgh, en donde residía también su novia. Ella ya tenía tres gatos, así que completaron una gran familia con Scout como nuevo miembro. Con el tiempo Josh se casó con su novia.
Él terminó una maestría en rehabilitación y consejería de salud mental. Actualmente trabaja con el Departamento de Asuntos de los Veteranos de los Estados Unidos como consejero para poder ayudar a aquellos que están lidiando con los mismos traumas que él padeció.
Marino ahora come más saludable y ha dejado de fumar. Marino le da el crédito a Scout como su salvador. Hay un documental corto sobre su relación con Scout. Desafortunadamente, Scout murió de leucemia felina. Marino tenía al gatito en sus brazos cuando murió. Hizo el documental en memoria de Scout. Piensa en su gatito todos los días y la manera en la que le salvó su vida.
Cuéntanos qué opinas de esta increíble historia entre un gato y un humano. Comparte esto con tus amigos y familiares para que la memoria de Scout prevalezca.
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