Los astrónomos nunca dan por perdida la búsqueda de indicios de vida en nuestro Sistema Solar. Las posibilidades son muy remotas, pues nuestros planetas vecinos son en su mayoría gigantes gaseosos o páramos desolados, con condiciones demasiado extremas como para que se pueda desarrollar vida.
Sin embargo, hay un astro que siempre ha llamado la atención a los científicos, pues alberga una serie de características que lo asemejan con la Tierra. Se trata de Titán, el mayor de los satélites de Saturno, y el segundo mayor del Sistema Solar. Tiene un diámetro de 5.150 metros, algo menos de la mitad de la Tierra, pero un día en Titán duran el equivalente a 16 días terrestres.
La sonda Cassini, lanzada desde la Tierra en 1997, llegó a Titán en 2004, la cual ha estado orbitando hasta 2017, cuando se autodestruyó. En ese tiempo, mandó una gran cantidad de información a la Tierra, incluyendo información detallada sobre su superficie con tecnología de infrarrojos. Ahora, los científicos de la NASA han reconstruido el primer mapa topográfico de Titán, que nos da una idea de su gran parecido con la Tierra. Geológicamente, es uno de los astros más ricos del Sistema Solar, con montañas, dunas, mesetas, cráteres y lagos. Aquí puedes ver el estudio completo, publicado en Nature.
Lo más sorprendente del satélite es que, como la Tierra, cuenta con atmósfera (es el único satélite del Sistema Solar que tiene una), con meteorología propia y estaciones (de unos 7 años de duración). La formación de nubes, vientos y precipitaciones es común, y de hecho es el único astro del Sistema Solar que tiene cuerpos líquidos en su superficie, en forma de mares y lagos. Desafortunadamente, no es agua, sino metano líquido, lo que dificultaría un poco montar un campamento ahí. Tampoco ayudarían los vientos huracanados de hasta 180 km/h provocados por la influencia de Saturno, y las temperaturas de -180ºC, por lo que los científicos creen que, de albergar vida, estaría limitada a organismos microscópicos.
En cualquier caso, tardaremos bastante en obtener nueva información sobre Titán, ya que la NASA no enviará una nueva sonda hasta 2034. Hasta entonces, tendremos que conformarnos con imaginar cómo sería la vida en un satélite que los científicos consideran una reproducción muy semejante a cómo era la Tierra hace 4.000 millones de años.
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