Estos dos cachorros fueron rescatados de la calle por unas monjas budistas en la ciudad de Ho Chi Ming, Vietnam. Lo que les hace especiales y ha conseguido que su historia se haga viral ha sido que, hasta el momento de ser rescatados, permanecieron abrazados todo el tiempo, como si se hubieran propuesto no separarse, pase lo que pas
El más grande abrazaba al más pequeño, dispuesto a protegerlo de cualquier peligro
Imposible no preguntarse las experiencias que habrán vivido para tener esa actitud
Pero ahora, cada día que pasa, tienen más confianza
Ahora, están en un lugar seguro
Y cada día que pasa, pueden relajarse un poco más
Porque sabe que ahora también hay alguien para abrazarle a él
Todo el mundo les ignoraba, hasta que las monjas budistas decidieron trasladarlos a su templo
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