Día a día descubrimos que los animales tienen tanto amor para dar que no entienden de especies ni tamaños, y es que de pronto nos sorprendemos con gestos insólitos como el que os vamos a contar hoy.
Nos trasladamos hasta una granja en Canadá, en la que Emily Welsh y su familia tenían una yegua a punto de dar a luz el pasado mes de abril. Lamentablemente el parto no fue como se esperaba y la yegua tuvo problemas poniendo en riesgo no sólo su vida, sino que también la del pequeño potro. Los expertos intentaron hacer todo lo posible por la madre e hijo, sin embargo, el potro fue el único que consiguió sobrevivir.
Emily se vió entonces en una tesitura muy complicada: tenía que buscar la manera de que el potro, al que había bautizado como Legacy, sobreviviera, pero la madre en las primeras semanas es fundamental. Por lo que buscó alguna yegua que pudiera ejercer como refugio y madre para el potro, pero en su área no había ninguna disponible, así que pasó a la segunda opción: llevar una cabra a la granja para al menos tener leche que poder darle. Y esta fue la manera en la que la cabra, bautizada como Buttercup, entró en la vida de la familia.
Buttercup pasó a ser mucho más que un suministro de leche, sorprendentemente, la cabra comenzó a ejercer de madre del potro y acabó adoptándolo.
Según cuenta la propia Emily: "Habíamos construido una plataforma alta para que nos fuera más fácil ordeñar a la cabra, sin embargo, la naturaleza es sabia, y un día nos sorprendimos al ver que Legancy ya estaba alimentándose de manera natural."
A pesar del miedo que tenían de que el potro no sobreviviera a la primera semana, ahora ya tiene 5 meses, y a pesar de las diferencias de tamaño y especie, son inseparables, juegan juntos y Buttercup protege a su "pequeño".
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