Piak, un langur salvaje, y su madre vivían en una selva en Tailandia, hasta hace unas semanas, cuando fueron descubiertos por los cazadores furtivos. Al ser un blanco fácil, los cazadores mataron a la madre de Piak para que les sirviera de alimento.
«El cazador furtivo dijo que no se dio cuenta de que la madre llevaba un bebé cuando la mató,» declaró Wildlife Friends Fundación Tailandia (WFFT) en un mensaje de Facebook. «Desafortunadamente esto es todavía muy común en Tailandia.»
Por suerte, un hombre que vivía cerca se dio cuenta de la situación del bebé y decidió refugiarlo en un lugar seguro lejos de los cazadores, antes de contactar con la organización.
Es entonces cuando el equipo de rescate acudió al lugar de los hechos llegando justo a tiempo.
«Pick estaba muy débil», dijo WFFT.
Lo trasladaron a la unidad de cuidados intensivos donde trabajan sin descanso para conseguir que mejore.
Los langures están a punto de ser otra especie más en peligro de extinción. Se encuentran en diversas regiones a través de Malasia, Myanmar y Tailandia.
Por desgracia, la historia de Piak no es algo puntual. Si no lo hubieran rescatado es probable que hubiera terminado como mascota exótica. De hecho, muchos animales que terminan así es porque los cazadores furtivos mataron a sus madres para comercializar con ellos.
Pero este pequeño puede estar contento ya que su suerte ha cambiado, gracias a personas que luchan día a día por cambiar una situación completamente aberrante para el mundo animal.
«Haremos todo lo posible para conseguir que se ponga fuerte y sano de nuevo,» dijo WFFT.
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