Su historia comenzó con un rodaje y ahora son un destino turístico
En el 2012 en los Estados Unidos se instauró en el calendario el “Día Nacional del Bisonte Americano”, que se celebra el primer sábado de noviembre. Incluso en el 2016, el ex presidente Barack Obama selló una designación que declara el bisonte como el “mamífero nacional de Estados Unidos”, convirtiéndose en el segundo símbolo animal del país junto con el águila calva.
En 1924, una producción de la compañía cinematográfica Lasky trasladó 14 bisontes hasta la Isla de Santa Catalina. La isla está ubicada a 35 km de las costas de California. Generalmente los bisontes se encuentran en las planicies de Wyoming o Montana, donde pastan tranquilamente.+
Los historiadores no han descubierto si el film donde estos animales saldrían se trata de “El ocaso de una raza” o “La horda maldita”, pues los metrajes correspondientes a los bisontes no aparecieron en ninguna de las dos producciones.
Al terminar las grabaciones, todo el staff de actores, guionistas, cámaras y director se trasladaron a tierra firme, pero no pudieron trasladar a los bisontes pues los costos por transportar los animales vivos eran demasiado elevados y la producción había gastado todos sus recursos, por lo que decidieron dejarlos haciendo lo mejor que saben, pastar y reproducirse.
Esta situación llego a oídos del empresario y magnate de la industria del chicle William Wrigley, quien preocupado por la escasez de variedad genética de los únicos 14 ejemplares, decidió trasladar 24 ejemplares más. Ya para los años 60 la población de bisontes había crecido tanto que amenazaba con desequilibrar el hábitat y biodiversidad de la isla.
Fue cuando comenzaron los traslados de la isla al continente por parte del gobierno para controlar el crecimiento de las manadas de bisontes. Sin embargo, los costos seguían siendo elevados para cualquiera que quisiera trasladar a los animales, por lo que llegó una solución nueva.
Se implementó una nueva estrategia a través de una vacuna anticonceptiva llamada PZP. Esta vacuna engaña al sistema inmune de las hembras, al conseguir que sus anticuerpos se unan a los óvulos para que ningún esperma llegue a su destino. Este programa logró que solo el 10% de las hembras tuviera crías, es decir, cerca de 9 de cada 10 no fueron fecundadas. Para el 2015 el programa se detuvo para que la especie pueda volver a crecer sus números.
Al día de hoy (antes de la pandemia provocada por el nuevo coronavirus) se puede visitar a estos animales de la Isla de Santa Catalina. ¿Tú irías a visitarlos? ¡Déjanos tus comentarios!
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