No son solo un problema estético, sino una dolorosa y persistente molestia que puede comprometer nuestra calidad de vida. Por fortuna, existe una solución fácil cuya eficacia la ha hecho pasar de generación en generación y que hoy te explicamos aquí. Presta mucha atención:
LA SOLUCIÓN
Paso 1 – Remojar.
Ingredientes
- Agua caliente.
- 2 cucharadas de bicarbonato de sodio.
- Piedra pómez.
- 2 cucharadas de sal.
Instrucciones
1. Vierte agua caliente en un recipiente.
2. Agrega el bicarbonato y la sal y mezcla bien.
3. Sumerge tus pies en la mezcla y deja que actúe durante 15 minutos.
4. Por último, exfólialos con la piedra pómez y sécalos bien.
Paso 2 – Exfoliar.
Ingredientes
- 2 cucharadas de aceite.
- 1 cucharada de azúcar.
Instrucciones
1. Toma un tazón y mezcla el aceite y el azúcar en él.
2. Masajea los pies con este exfoliante durante 5 minutos y después, como de costumbre, lávalos bien.
Paso 3 – Hidratar
Ingredientes
- Una vela.
- 2 cucharadas de aceite.
Instrucciones
1. Pon un trozo de vela en un bol y añade las dos cucharadas de aceite.
2. Introduce este recipiente en agua caliente hasta que los ingredientes se fundan.
3. Deja que la mezcla se enfríe antes de aplicártela en los pies.
4. Para un mejor efecto, duerme con los calcetines puestos.
¿Te gustó este remedio? ¿Conoces algún otro?
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