Adán y Eva eran una pareja de chimpancés que vivían en cautiverio en el Safari Zoo de Sa Coma, en la isla de Mallorca. El pasado lunes día 4 de Mayo, ambos consiguieron fugarse de su jaula y emprendieron una huída buscando su libertad. La primera noticia trágica la anunció la Guardia Civil, que abatió a Eva de un disparo alegando el motivo muy discutible de que “estaba muy agitada y podía suponer un riesgo para los miembros de la búsqueda”. Así mismo anunciaron que el final de Adán sería el mismo si no se le podía capturar de forma segura. La organización Proyecto Gran Simio, que vela por el respeto y ayuda a estos animales, pidió clemencia para Adán y exigió la clausura del zoológico en base a su responsabilidad en esta tragedia.
Finalmente, el jueves por la tarde el cuerpo de Adán fue encontrado flotando en un lago no muy lejos del zoo.
Es habitual que el cautiverio cause un gran estrés en estos animales, por lo que no es raro que intenten escapar de unas jaulas en las que nunca deberían haber entrado. Los animales en los zoos pueden volverse, literalmente, locos. Sobre todo en lugares como el mencionado, donde se encuentran en unas condiciones que han sido descritas por el Proyecto Gran Simio como “impactantes y crueles”.
Tampoco las autoridades locales han quedado en buen lugar, e incluso la eminente Jane Godall, quizá la mayor experta en primates del mundo, ha repudiado la “muerte injustificable” de estas dos criaturas.
La tragedia ha abierto de nuevo el debate sobre los animales en cautividad, y el paleoantropólogo Pat Shipman se pregunta en Psycology Today si alguna vez se podrán conseguir unas condiciones suficientemente buenas como para que se pueda llegar a justificar.
Desde aquí queremos que la triste historia de esta pareja no quede en el olvido y sirva para concienciar a la gente de que los animales no pueden estar en esas lamentables condiciones para nuestro entretenimiento y, por supuesto, esperamos que los responsables de que esta situación haya terminado así afronten su responsabilidad penal.
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