El milagro de dar vida es sublime. Cada bebé que nace sano es una bendición. Siempre damos por sentado el proceso de un nacimiento, pero esta historia nos recuerda las complejidades del embarazo.
Cuando un embarazo se complica, no hay mucho que los médicos puedan hacer. Pero gracias a la tecnología moderna, casi todo es posible. Este fue el caso del embarazo de la Sra. Zalte.
Cuando ya tenía ocho meses de gestación, la Sra. Zalte se llevó una gran sorpresa: ¡se enteró de que iba a dar a luz a gemelos!
A pesar de que esta noticia la cautivó, la historia detrás de todo esto apenas estaba por comenzar.
Cuando dan a luz a gemelos, las madres corren un mayor riesgo de experimentar complicaciones relacionadas con el parto. Fue durante el nacimiento de los hijos gemelos de la Sra. Zalte cuando los médicos se dieron cuenta de que algo andaba mal.
Sus hijos, Love y Prince, estaban unidos por la pelvis, los intestinos, la vejiga, el hígado y el estómago.
A pesar de esta condición, los dos bebés estaban físicamente sanos. La madre se enamoró a primera vista y acogió con profundo amor a sus dos hijos. Sin embargo, le preocupaba cómo su comunidad aceptaría a los bebés. ¿Los rechazarían debido a su condición?
Los familiares de los bebés lo dejaron muy claro cuando se enteraron de la noticia: no iban a visitar a los niños y no iban a ofrecerles apoyo o ayuda.
¡Qué desgarrador! Aunque el amor que la pareja sentía por sus pequeñines era bastante fuerte, sin duda debe haber sido muy difícil para ellos quedarse solos durante esos momentos tan duros.
Durante el primer año de vida de los niños, la madre estaba decidida a protegerlos. Sacaba a los bebés a la calle pocas veces y, si lo hacía, los mantenía tapados, para que nadie los mirara ni pudieran emitir comentarios sobre ellos.
La cirugía para separar a bebés siameses, como Love y Prince, es un procedimiento complicado y poco común. La pareja llevó a los niños al Wadia Children's Hospital para consultar a un equipo médico. Teniendo ya nueve meses de edad, los gemelos se acercaban a una edad en la cual era aún más complicado intentar la cirugía. A pesar de todo, los padres de los niños creían que no podían perder la oportunidad.
Los dos niños fueron separados en diciembre de 2017, cuando ya tenían 15 meses de edad. Aunque el procedimiento duró 12 horas, fue un éxito: ¡los siameses dejaron de ser siameses!
Prince y Love ahora están disfrutando de sus vidas como dos niñitos sanos. ¡Estamos tan agradecidos de que la cirugía haya salido bien!
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