Los niños sienten y perciben a través nuestro y muchas veces pueden ser muy emocionados y positivos por tener un nuevo hermanito porque perciben que es y será un momento grato de alegría pura.
Los celos son un estado afectivo, que en los niños, se caracteriza por el miedo a perder o a ver reducido el cariño de sus padres, por la llegada del nuevo bebé a casa, al que van a tener que dedicar mucho tiempo durante los primeros meses de su vida. Algunos expertos opinan que los sentimientos de celos se producen de forma natural al nacer un hermano, forman parte de una etapa normal y necesaria en el desarrollo evolutivo, que ayuda a los niños a madurar, pero hay otras maneras de entender estos sentimientos y llevarlos a buen término.
Los celos son una reacción natural y muy humana. Los celos afloran en los niños independientemente de la edad.
Es responsabilidad de los padres preparar a los niños para la llegada del bebé, fomentando sobre todo su autoestima y haciéndole partícipe de todo lo relacionado con la llegada del nuevo miembro de la familia.
Cuando tienes a tu primer hijo las emociones están a flor de piel, todo es nuevo y emocionante y aunque las dudas te inundan, tienes todo el tiempo del mundo para dedicarte a ese bebé. Cuando llega el segundo bebé, sueles estar más tranquila y segura de ti misma, pero no tienes tanto tiempo…los días tienen 24 horas y por mucho que los queramos alargar tu hijo mayor notará que no puedes dedicarle tantos ratos como antes… y entonces nos preocupa que el hijo mayor (o los hijos mayores) se sienta(n) desplazados.
Dice nuestro querido doctor Carlos González en su libro Bésame Mucho:
“Imagine que su marido se presenta en casa una tarde con una mujer más joven: «Querida, te presento a Laura, mi segunda esposa. Espero que seáis amigas. Como es nueva y se siente extraña, le tendré que dedicar mucho tiempo, espero que tú, que eres mayor, sabrás portarte bien y ayudar más en casa. Ella dormirá en mi habitación, para que me sea más fácil cuidarla, y tú tendrás una habitación para ti sólita, porque ya eres grande. ¿A que estás contenta de tener tu propia habitación? Ah, y compartirás con ella tus joyas, claro. » ¿No estaría usted un poquito celosa?”
Cuando miramos las emociones del niño como si fueran las nuestras nos es más fácil comprenderlas ¿verdad?
Así que es normal que los hermanos tengan algo de celos (no sólo los hermanos mayores, porque también hay hermanos pequeños que tienen celos) y lo demuestren haciendo ruido, teniendo regresiones, rabietas, enojos… ellos tienen miedo de perder nuestro amor y de encontrarse solos, así que nuestra principal tarea es demostrarle a nuestros hijos que seguimos queriéndoles igual, que en nuestro corazón hay sitio para todos y que no nos vamos a olvidar de ellos.
¿Qué podemos hacer para evitar los celos entre hermanos?
-
El niño o niña suficientemente amado, contenido, acompañado, cobijado, difícilmente tendrá celos que lo hagan sentir inseguro o desplazado, porque al final no tiene que compartir de lo “poco” que tiene, sino que por fin, puede compartir de todo eso que lo hace feliz, tendrá a alguien amado a quien darle lo mismo que él o ella reciben: amor, cariños, juego, compañía…
-
Tener paciencia. Entender los sentimientos de nuestro hijo y comprender que no hace nada por fastidiarnos. Explicarle que el bebé no le va a sustituir y entender su miedo a perdernos.
-
Decirle la verdad. Explicarle que el bebé es muy pequeño y no puede hacer las cosas solo, por lo que debemos ayudarle y decicarle tiempo. No le debemos prometer que todo será igual porque no lo será. Los niños son muy generosos y pacientes, pero se merecen la verdad. No sirve engañarlos ni tampoco mimarlos en exceso.
-
Implicarlo en las cosas del bebé. Elegir el nombre del bebé, ayudarnos a preparar su ropita y sus cosas, etc.
-
Dedicarle un tiempo a solas. Este punto es fundamental, ya que no vamos a poder estar tanto tiempo jugando con nuestro hijo como antes, al menos tenemos que buscar un tiempo fijo en el que estemos a solas con él o con ella.
-
Dejarle que hable de sus sentimientos sobre el bebé.
-
Dejarlo sentir acompañado siempre y un poco menor cuando sea posible: cargarlo, abrazarlo, bañarlo y vestirlo, ayudarlo a comer…
-
Darle las gracias sinceramente por ayudarnos por el bebé, por el esfuerzo que hace renunciando a estar siempre con nosotros…por todo.
-
No hablar de sus celos con otras personas. Sé que esto puede ser complicado, pero hay que tener mucho cuidado porque sin quererlo, los otros adultos pueden decirlo en alto, contarlo a otras personas o preguntarle al niño directamente sobre sus celos…
-
Siempre hablar bien del niño y si nos esta escuchando, mejor.
-
Hablarle de las ventajas de ser mayor: acostarse más tarde, comer otras cosas, poder ir a jugar a casa de los amigos…
No asumir que por tener un nuevo hermano el mayor tendrá celos. Esto no siempre sucede. Los niños sienten y perciben a través nuestro y muchas veces pueden ser muy emocionados y positivos por tener un nuevo hermanito porque perciben que es y será un momento grato de alegría pura.
No es recomendable juntar la crisis de la llegada de un hermano con otros cambios importantes, como el ingreso en la escuela, o dejar el pañal o un cambio de domicilio.
Si él o los hermanos mayores tienen la atención de los padres, no son sujetos de limitaciones en términos de cariño, tiempo o juego con papá o mamá, cuando tampoco son comparados y son respetados en su esencia mas pura, los niños no tienen celos. No es algo que condicione la llegada de un nuevo bebé, no es algo que sea orgánico en los niños, es algo que muchas veces provocamos los adultos y que también puede estar en nuestra manos evitar.
Comentarios