Aunque todos los animales son absolutamente merecedores de amor y cariño, algunos animales nos llegan al corazón de una forma más especial. Las historias de esos animales que sufren por culpa de las crueles acciones humanas pueden marcarnos. Los elefantes son, precisamente, una de las especies animales más maltratadas del planeta.
Aunque son animales grandes y hermosos y, por lo general, muy apreciados por la gente, también son, con frecuencia, tratados de la manera más cruel por aquellos que los mantienen en cautiverio.
A veces, están amarrados con grilletes y cadenas que no les permiten vivir la vida que se merecen. Un elefante en concreto conoce demasiado bien este lado oscuro de la vida.
Cuando encontraron a este viejo elefante, su cuerpo estaba cubierto de sangre debido a los grilletes de púas que le mantenían encadenado. El elefante estaba claramente desnutrido, pues estaba demasiado flaco para su especie. Los únicos alimentos que recibía este elefante eran limosnas que dejaban los que pasaban por ahí.
El elefante también se comía, habitualmente, el papel o el plástico que envolvía la comida que le daban. Naturalmente, el elefante llevaba una miserable existencia con esa forma de vida tan inhumana. Su nombre es Raju, y se ha pasado encadenado 50 años.
A lo largo de su vida, ha sido vendido en veintisiete ocasiones distintas. El elefante estaba ya listo para desistir de cualquier opción de obtener una vida mejor.
Raju fue capturado cuando era muy pequeño y nunca llegó a experimentar lo que era una vida en libertad. Raju se pasaba la vida mendigando para conseguir sobras de los turistas que pasaban por su lado. Su rutina era monótona y humillante, algo así como una tortura .
Nos preguntamos si este elefante soñó siquiera, alguna vez, con otro tipo de vida. Por suerte, una organización benéfica del norte de Londres llamada Wildlife SOS se enteró de la historia de Raju. Tuvieron que rescatar al animal rápidamente para evitar interferencias, por lo que llevaron al escenario del rescate a 10 veterinarios, expertos en vida salvaje, policías y oficiales del departamento forestal.
Una vez que Raju quedó libre, comenzaron a caerle lágrimas de alegría, algo que dejó al equipo de rescate boquiabierto e hizo que todo el mundo se emocionara muchísimo.
El dueño de Raju no se alegró en absoluto de que liberaran al elefante, y empezó a darle órdenes a este para que hiriera a los rescatadores. Pero pese a todas las contrariedades a las que tuvieron que hacer frente, lograron sacar los grilletes de sus patas y lo llevaron a un santuario. Una vez que Raju pudo probar lo que era la vida con otros elefantes en un lugar feliz y seguro, nunca más miró atrás.
Aunque le queda un largo camino de rehabilitación por delante, nunca más será maltratado. Puedes descubrir más sobre la historia de Raju en el vídeo de arriba. ¿Qué piensas de este pobre elefante? ¡Dínoslo en la sección de comentarios y comparte esta inspiradora historia con todo el mundo!
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