Una arquitecta de 80 años, Yasmen Lari, construye más de mil casas ecológicas para beneficiar a las familias más vulnerables.
Durante más de 40 años ella se dedicó a construir edificios lujosos participando en obras de prestigio y vanguardia. Hasta que cuando comenzó el año 2000 interrumpió su desempeño como arquitecto comercial para enfocarse en labores sociales.
Trabajó en conjunto con la Fundación Patrimonial “Heritage Fundación” para ejecutar un proyecto que ofrece viviendas sostenibles.
El objetivo es reducir el impacto económico y ambiental construyendo casas con materiales biológicos y ecológicos, con conocimientos básicos de construcción y diseño las personas pueden hacer su propia edificación.
De esta forma, las comunidades logran integrarse, y los gastos se reducen significativamente permitiendo que el sector más vulnerable de la población tenga acceso a una vivienda.
Cuando Paquistán sufrió un terremoto de 7,6 grados en el año 2005 que dejó sin hogar a más de 400 mil familias Yasmen se motivó a ayudar.
Muchas pudieron recuperar sus casas
La solidaria arquitecta usó sus conocimientos para crear un programa en el que capacitó a las familias para que construyeran su propia vivienda usando barro, cal, piedra y madera.
Gracias a esta iniciativa, los residentes de las zonas rurales más afectadas han podido rehabilitar sus aldeas construyendo viviendas ecológicas mientras emiten un nivel mínimo de emisiones de carbono.
En los modelos de construcción emplean técnicas básicas que requieren pocos recursos tecnológicos.
Las viviendas pueden construirse en poco tiempo y su estructura es resistente. La combinación de paredes de adobe, barro y bambú van acorde con el ambiente de las aldeas rurales, así que muchos residentes han optado por estos materiales porque también forman parte de su cultura.
Con la capacitación que ofrece la arquitecta Yasmen pueden construir viviendas que varían desde aquellas con un ambiente y una habitación a otras con una habitación de 10×18, terraza, cocina y baño. Incluso algunas son estructuras de dos pisos.
Cada equipo capacitado logra construir 50 viviendas en un período de cuatro semanas.
En 75 aldeas de Hazara han construido 1150 casas en apenas un año
Gradualmente los residentes de la zona fueron adquiriendo más conocimientos al respecto, y se enriqueció la manera de mejorar el aspecto de los humildes lugares.
Inicialmente usaron techos de chapa galvanizada tal vez pensando que serían más seguros que los techos de barro, pero tras estudiar las técnicas de construcción locales, encontraron una técnica eficaz y resistente a los sismos para evitar tragedias. Usar capas de barro sobre tablas de madera resultó más adecuado.
Además, determinaron que las planchas de hierro galvanizado habían afectado al medio ambiente.
El material principal de la construcción de estas casas es el suelo arcilloso, es gratis y es un recurso muy abundante en la zona.
En el proceso emplean cal, que también está disponible en todo el país, así como el bambú que es una caña de rápido crecimiento.
Al usar materiales de producción local se produce una rápida regeneración económica.
También han construido viviendas con estructuras de bambú flotantes de dos pisos sobre pilotes que han funcionado bien en las crecidas de agua que ocurrieron en el año 2011, fueron un refugio para los miembros de la comunidad porque el agua fluía a través de los pilotes.
Los miembros de la comunidad han fortalecido su sentido de pertenencia, desde que empezó la construcción de las viviendas ha mejorado su calidad de vida y también su motivación colectiva.
Yasmen emprendió un movimiento social que ha traído numerosos beneficios para la comunidad.
Hasta este momento se han construido 1.150 refugios con tierra, bambú, barro y piedra, todas las viviendas se han podido personalizar para satisfacer las necesidades de sus residentes y potenciar su identidad.
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