¿Alguna vez te han entrado ganas de ir al baño en un momento totalmente inoportuno? Muchas personas ignoran los reflejos de su cuerpo. Sin embargo, si esto se hace con frecuencia, puede tener consecuencias muy perjudiciales para la salud.
No ignores ninguno de los 4 siguientes reflejos corporales, a no ser que se trate de una emergencia:
1. Ir al trono
Como consecuencia de la ingesta de alimentos, quedan en el cuerpo residuos que el cuerpo ha de eliminar mediante el movimiento intestinal. Si te aguantas las ganas, la absorción de nutrientes puede verse afectada al estar el intestino bloqueado. Esto hace que asimilemos mal la comida y, en consecuencia, se produzcan estreñimiento, flatulencias, dolor estomacal o vómitos. Las heces acumuladas se endurecen y producen fuertes dolores e incluso sangrado. Debido a que al defecar también se eliminan toxinas, si no vas al baño, estas pueden permanecer en tu cuerpo más tiempo del necesario y causar un gran daño. Las inflamaciones de las venas en las nalgas, también conocidas como hemorroides, pueden inflamarse y agrandarse, y causar una desagradable picazón.
2. Orina
Hay muchas personas que desean hacer pipí con menos frecuencia y, para ello, intentan educar sus vejigas. Sin embargo, esto puede causar dolores, náuseas o calambres. Además, aguantarnos las ganas de orinar puede acabar dañando los riñones de forma duradera.
El hecho de que tengas que ir mucho al baño no tiene por qué ser malo. Lo cierto es que algunas vejigas son bastante pequeñas y su capacidad puede llegar a ser de entre 400 y 500 ml. Si aun así estás preocupado, puedes hacerte un test urinario, y tu urólogo determinará si las veces que orinas, así como la cantidad, son normales.
3. Tos
Al igual que las aguas "mayores" y "menores", las ganas de toser tampoco han de ignorarse. Y es que toser no se hace en vano. Como consecuencia de un resfriado, los pulmones se liberan de la flema mediante la tos. Solo a partir de entonces es cuando se puede respirar sin molestias. Si se ignoran las ganas de toser, las vías respiratorias se verán afectadas. Si la tos te dura más de 6 semanas, debes acudir al doctor.
4. Estornudar
Hay personas que consideran que estornudar en público es de mala educación y evitan hacerlo. Sin embargo, esto no es buena idea, puesto que hay aire que quiere salir de nuestro cuerpo con una velocidad de hasta 160 km/h. Al ignorar este reflejo corporal, nuestra nariz se tapona. Como resultado, el aire fluye hacia el oído medio y puede provocar la ruptura de la membrana timpánica. Además, el aumento de la presión puede causar dolores de cabeza. Por otro lado, se pueden bloquear las vías respiratorias y los senos paranasales, y puede empeorar una sinusitis existente. El objetivo de los estornudos es también eliminar bacterias, virus o cuerpos extraños. Es por este motivo que no debes dejar de estornudar. Si estás resfriado, estornuda sobre un pañuelo o una manga para no contagiar a los demás.
No olvides que todo lo que siente tu cuerpo tiene un sentido. Si tienes que toser, estornudar o ir al baño, no dejes de hacerlo sin un buen motivo. No hay de qué avergonzarse: se trata del bienestar de nuestro cuerpo.
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