Hay pocas cosas que huelen tan bien como el pan recién salido del horno. Pero mantener el pan fresco y crujiente no es una tarea fácil, especialmente si vives solo. Acabarte una barra de pan antes de que los últimos pedazos se sequen no siempre es posible, a menos que quieras comer sándwiches en cada comida. Pero la buena noticia es que hay algunas formas para conservar el pan en buen estado y lograr que sepa casi tan bien como el primer día. Bien, aquí te enseñaremos cómo hacerlo...
Vas a necesitar:
- Pan viejo
- Toallas de papel
- Papel aluminio
- Uno o dos tallos de apio
1. El método del microondas
Toma una toalla de papel y sostenla debajo del chorro de agua fría, no necesitas empaparla, solo humedecerla.
Envuelve el pan viejo con la toalla de papel húmeda.
Ponlo en el microondas por diez segundos.
Ahora puedes desenvolver el pan y disfrutarlo fresco y calientito.
2. El método del horno
Precalienta el horno a 150 ºC y envuelve la hogaza de pan con papel aluminio.
Ahora ponla en el horno aproximadamente 20 minutos. El tiempo varía en relación a la cantidad y el tipo de pan.
Saca el pan del horno y déjalo enfriar.
Consejo: Si el pan es muy viejo, puedes humedecer la parte superior antes de envolverlo con papel aluminio y meterlo al horno. Recuerda no poner demasiada agua para que el pan no quede muy blando. Añade el agua poco a poco hasta que el pan reciba la cantidad adecuada.
4. El método del apio
Pon un poco de pan viejo y un par de tallos de apio en una bolsa de plástico y asegúrate de cerrarla muy bien.
Mete el pan al refrigerador algunas horas. Para mejores resultados, déjalo ahí durante toda la noche.
Al día siguiente, puedes sacar el apio de la bolsa. Lo más seguro es que el apio se haya secado. Esto se debe a que el pan absorbió su humedad, así que debe estar fresco y suave.
Sugerencias: Siempre habrá casos en los que el pan simplemente esté demasiado seco, y no importa todos los trucos que hagas, no se va a ablandar de nuevo. En estos casos, puedes usar el pan viejo para hacer costrones para ensaladas o sopas, o puedes ir al estanque más cercano y alimentar a los patos.
Estas son las tres formas fáciles de conservar tu pan y ahorrar dinero al mismo tiempo. ¡Haz la prueba tú mismo!
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