Un camionero de Namibia estaba a punto de salir a trabajar. Pero antes hizo su rutina de chequeo caminando alrededor de su vehículo antes de subirse a él. Mientras inspeccionaba las ruedas, encontró algo completamente inesperado: era un bebé de cerdo hormiguero acurrucado y durmiendo. El conductor miró alrededor para ver si la mamá del animal se encontraba cerca, pero cuando no vio ninguna señal de ella decidió llevarse a la pequeña criatura con él.
El camionero tomó al bebé de cerdo hormiguero a las oficinas de su compañía, donde hicieron unas investigaciones rápidas para encontrar un refugio animal que pudiera recibir al pequeño animal. Al final, encontraron a la doctora Erika de Jager, una veterinaria que dirige el ZURI Orphanage, un refugio para animales abandonados y rescatados.
Cuando le llevaron el cerdo hormiguero, Erika estaba entusiasmada de tener un visitante tan peculiar. "Para mí, fue amor a primera vista", recuerda.
No le tomó mucho tiempo decidir un nombre para el pequeño. Su carita tierna, arrugada y gris inmediatamente le recordó a la famosa película del alien "E.T.", y así es como comenzó a llamarlo. Pero esa fue solo la parte sencilla. Erika nunca había tenido que hacerse cargo de un cerdo hormiguero anteriormente, y no tenía idea cómo alimentarlo.
"Tuvimos que experimentar con un montón de diferentes pezones de goma. Al principio también lo alimentamos con una leche para gatitos, pero no funcionó bien. Solo después de que recibimos algunos consejos de un profesor de Onderstepoort fue que tuvimos más claro qué podíamos darle. Entonces comenzamos a alimentarlo con leche importada e, inmediatamente, empezó a subir de peso", explicó Erika.
Hacerse cargo de E.T. demostró ser un trabajo de jornada completa. Erika trató al cerdo hormiguero como a un bebé recién nacido, alimentándolo cada par de horas y sacándolo a caminar regularmente.
E.T. se acostumbró rápidamente a su nuevo hogar e hizo amigos. Spokie y Zarah, dos perros que habían sido rescatados por el orfanato, encontraban un poco raro a su nuevo compañero de juegos, pero pronto se convirtieron en buenos compadres.
"Los perros estaban interesados en él y reaccionaron como si se tratara de otro cachorro. Están acostumbrados a los animales bebé y a los jabalíes", explica Erika.
E.T. se convirtió rápidamente en uno más de la pandilla y los tres amigos incluso compartían la misma cama durante la noche. "Si los perros iban a pasear, E.T. iba con ellos. No creo que E.T. se diera cuenta de que era un cerdo hormiguero. Creo que simplemente asumía que era un perro", bromeaba Erika sobre esta especial amistad entre animales.
Luego de cinco meses, Erika supo que tenía que comenzar el proceso de liberar a E.T. de vuelta a su hábitat natural. A pesar de que amaba tenerlo a su lado, sabía que era mejor para él volver al lugar de donde provenía.
"La liberación de E.T. se realizó en cinco etapas. Primero le permitimos jugar afuera por una hora, luego por cuatro horas... y así, una noche, se quedó afuera", dijo Erika.
E.T. vive ahora en libertad, al menos la mayor parte del tiempo. No se ha olvidado de Erika y de sus amigos perrunos, y viene casi todas las noches a visitarlos. Mientras está allí, disfruta de algunos mimos y juega con Spokie y Zarah. Y ahora no es el único cerdo hormiguero del orfanato. Erika aceptó a otro bebé abandonado y la nombró "Gertie". Aparentemente, al igual que E.T., ¡también cree que es un perro!
Cuando miras sus tiernas caritas, estas criaturas únicas se ven tan adorables que podrías pensar que cualquiera querría adoptar uno. Pero la realidad es que estos son animales salvajes que necesitan cuidados especiales. Así que, por más divertido que parezca, criar uno conlleva un montón de trabajo. Personas como Erika, que realmente hacen un esfuerzo y dedican sus vidas a ayudar a todas las criaturas vivas, merecen todo nuestro respeto y admiración. Y, ojalá, sus buenas acciones sirvan de ejemplo para otros.
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