Cristina Guerrero vive en el estado de Texas, Estados Unidos. Esta joven de 24 años de edad, era una mujer felizmente casada con Fabian y estaba esperando a su primogénito. El 2 de agosto los futuros padres estaban almorzando en un restaurante y se retiraron a su casa, sin sospechar nada. Estos fueron los últimos minutos de la vida de Fabian.
Un conductor ebrio, un joven de 21 años de edad, se estrelló contra su coche a toda velocidad. Fabián murió en el acto. Cristina quedó gravemente herida y fue llevada al hospital de urgencia. El ultrasonido mostró que el niño aún estaba con vida, pero después de unas horas, el diminuto corazón dejó de latir.
Después del parto prematuro, Cristina tomó a su hijo en brazos. Ella todavía no podía creer que toda su vida feliz, llena de amor y de planes para el futuro, se había desplomado en un minuto. Que alguien tan fácilmente haya sido capaz de destruir todo lo que le había costado construir. La familia se había reunido en el hospital, esperando a ver a Cristina con lágrimas en los ojos, por la depresión. Pero en lugar de ello, les pidió que la filmaran y sonrió valientemente delante del lente.
"Cuando tomé por primera vez en brazos a mi hijo, de repente sentí paz", dice la joven viuda. – Cuando vi su pequeña carita, me pareció que Fabián estaba de nuevo junto a mí. Oré para que él no se preocupara por nuestro bebé. Todos en la sala estaban llorando. Él se parecía tanto a su padre. Como si hubiera podido ver por última vez a mi esposo. La cara de mi hijo ha sido lo más hermoso que he visto en mi vida".
Es imposible de imaginar qué dolor sentía la joven mujer. Pero ella decidió que no sufriría en silencio. Ella decidió que por el bien de su marido y el de su hijo, dedicaría su vida a la lucha por la seguridad en las carreteras. Cuando aún se encontraba en la cama del hospital, ella escribió un relato detallado sobre sí misma en Facebook, publicó una foto con su hijo en brazos y se dirigió al mundo:
"Esta soy yo con mi pequeño hijo en brazos. Así luce una persona después de 24 horas de parto artificial y después de un accidente que se cobró la vida de sus seres queridos: mi marido y mi hijo. Y todo porque a alguien le parece que beber al volante es normal. Esto no es normal. Lo normal es detener a tu amigo, si se sube a su carro borracho. Lo normal es esconderle las llaves. Lo normal es pedir un taxi, si estás borracho. No es una debilidad. Es la decisión de un adulto que entiende que las consecuencias pueden ser tan graves, que él se arrepentirá amargamente de su decisión. Lamentará que tendrá que confesarle a los demás que estabas demasiado borracho. No es normal pasar el resto de tus días, consciente de que le quitaste la vida a alguien, aún antes de nacer. No vale la pena. No conduzcas ebrio. No te arriesgues a perder la libertad. No te pongas en peligro a ti y a los demás. Pude haber muerto ese día, pero Dios tenía otros planes. Me he quedado aquí para luchar. Por la memoria de mi marido y de mi hijo voy a contar nuestra historia, cueste lo que me cueste, esperando que podré cuidar y evitar que otra persona más sufra como yo, con el dolor con el que estoy condenada a vivir cada día. No puedo permitir que mis seres queridos mueran simplemente así".
El conductor que destruyó la vida de la familia de la joven, fue gravemente herido, pero sobrevivió. Él fue acusado de asesinato doble y ya está más que claro que su juventud la pasará tras las rejas.
Aparentemente, Cristina no dijo nada nuevo. El manejo en estado de ebriedad, es un delito tan habitual que ya no nos parece algo terrible. Sino una tragedia ordinaria. Dios nos libre de este tipo de conductores y que no se crucen en nuestro camino, pero una vez más, ten en cuenta las terribles causas que puede tener el manejar ebrio.