Una gata cuida a un bebé abandonado durante el invierno

15.12.2017 13:17

Esta historia ha conmovido en pocas semanas el corazón de millones de personas en todo el mundo. Suena tan increíble que parece sacado de un cuento infantil. 

Nuestra heroína se llama “Masha”. Ella es una gata de pelo largo que nació en el estado ruso de Obninsk. Masha se extravió hace unos años y desde entonces vive en un bloque de apartamentos. Los inquilinos siempre han creído que es una gata extraordinariamente inteligente y lista, por esta razón le llevan comida para que alimentarla.

Era una fría mañana de enero en el inicio del invierno ruso. Madeschda Machikowa, una señora jubilada de 65 años residente del lugar, escuchó un débil y penoso maullido que venía de las escaleras abajo del edificio. Lo primero que pensó era que se trataba de la querida Masha que pedía ayuda. Sin preocupación alguna, bajó las escaleras lentamente para ayudar a la gata que la llamaba. Pero algo no estaba en orden allí abajo. El “lamento” sonaba en realidad muy diferente al maullido de un gato.

Así que se acercó a una caja de cartón que había allí, para ver lo que sus ojos no alcanzaban a distinguir desde la distancia. Masha estaba acostada dentro de la caja sin hacer absolutamente ningún ruido. Y fue entonces cuando vino el shock: ¡los lamentos provenían de un pequeño bebé que se encontraba acostado al lado de la gata! Masha la tenía muy cerca de su cuerpo, casi abrazándolo, para que su pelo lo mantuviera caliente mientras lamía su cara con afecto.

Madeschda estaba en shock y al mismo tiempo conmovida. ¿Qué persona sin corazón había dejado a este pobre bebé en esta fría escalera, indefenso? Al lado de la caja estaban apilados unos cuantos pañales y el bebé estaba por suerte muy despabilado. Con las temperaturas que hacían, solo podría deberse a los magníficos cuidados de Masha, la cuál como una madre cuidó del recién nacido.

Rápidamente, Madeschda llamó a una ambulancia para dejar al niño en buenas manos. Cuando los enfermeros quisieron tomar el bebe para llevárselo, Masha emitió un maullido desgarrador. Trató incluso de saltar sobre la ambulancia para evitar que se llevaran al pequeño de su lado. No fue nada fácil para los enfermeros alejar a la gata y marcharse con el bebé; pero al final, Masha tuvo que aceptar lo inevitable y permanecer sentada mirando cómo la ambulancia se alejaba con su “protegido”.

El bebé se encuentra ahora bien, a pesar de que nadie sabe dónde están sus padres. Seguramente su horrible decisión les carcomerá la cabeza con profundo arrepentimiento. Si no hubiera sido por el instinto maternal de Masha, seguramente el frío invierno ruso no le habría dado ni una oportunidad al pequeño. Masha es ahora la gran heroína del estado entero de Obninsk. Ahora le sobran las caricias y las golosinas por parte de sus admiradores.

¡Se lo tiene muy bien merecido! Si todas la personas tuvieran un poco de lo que esta gata demostró tener, este tipo de actos de abandono serían cosa del pasado. ¡Muy bien Masha!

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