En Noruega, una pato iba paseando por un bonito lago helado completamente ajeno a lo que estaba a punto de sucederle cuando, de repente, el hielo se agrietó quedando atrapado en él sin que nada pudiera hacer para evitarlo.
Un hombre, que casualmente pasaba por allí, presenció tal dramática escena pero, para suerte del pobre animal, no dudó en ayudarle tirándose al agua para poder salvarlo.
Luego lo secó un poco y, antes de dejarlo en libertad, lo dejó descansar en su regazo. El animal estaba exhausto y aterrado por tal experiencia.
El pato no es consciente de que sino hubiera sido por este hombre, no hubiera sobrevivido pero seguro que, de algún modo, se lo agradecerá.
¿Estarías dispuesto a hacer lo mismo?